Miedo

La última semana de enero de 2015 le había traído un nuevo logro personal esta vez sobre cuestiones tecnológicas referidas a los móviles de última generación con los que no simpatizaba.
Miraba atrás con cierta nostalgia durante diez y nueve años de su vida había vivido en un bucle como un autómata de su casa a la radio y a la inversa.
En 2013 probo suerte como locutor con estudio propio de esos que ponen voz a todo tipo de productos y servicios, ese fue su último contacto con el medio.
En 2014 intento volver a la radio, no hubo suerte, así que en lugar de lamentarse decidió probar otros horizontes introduciéndose en las nuevas tecnologías.
En los primeros días de 2015 había logrado los primeros diplomas.
Decidió poner el contador a cero y volver a intentarlo mandado muestras aquí y allá.
No esperaba respuestas, ofrecerse era como seducir damas, estaba acostumbrado a las evasivas y silencios.
Enero se le había esfumado entre los dedos sin darse cuenta.
Las noches de insomnio, le sirvieron para devorar todo tipo de lecturas de lo más diverso que incluían desde manuales sobre seguridad informática a tratados de economía de Adam Smith.
Ahora sus veladas las ocupaba El Klevala, una leyenda épica finlandesa, regalo de su suministradora de epitomes, una joven inaccesible dama de origen finlandés a la que él llamaba la princesa de hielo, pues nunca había visto en él nada más que un chico tímido amante de las letras y la belleza femenina. Con el que ya no tenía ninguna relación más allá del suministro de libros.
Tampoco estaba a su lado en aquellos días la joven que le acompaño en verano, dándole ánimos en sus sesiones de piscina por prescripción facultativa, a la que echaba mucho en falta y seguía escribiéndole en silencio.
Atrás habían quedado los mensajes grabados en el contestador del móvil.
El frio de enero le calaba los huesos y su salud volvía a quebrarse una vez más.
Seguiría siendo un tipo normal, un locutor de radio aficionado a escribir que gracias a las nuevas tecnologías había encontrado un modo de perder el miedo a escribir.