Muerto el sol

¿Adonde quedó mi temperamento? Acaso había quedado en mí algo original? Las míseras propuestas denegadas a lo largo de mis tiempos (que al final y al cabo no eran míos, no es más que un pensamiento egocéntrico, nada mas lejano de mí) me dejaron en esta especie de limbo de clima turbulento, entregado a las falsas y débiles esperanzas que caen como frutos secos y podridos del árbol de la esperanza. No cuento con cartas a favor, pero no abandono la partida. ¿adonde pienso llegar? El principal problema es que no se trata de pensar sino de sentir, y mi sentir es un vago relamer de ilusiones que flotan frágiles en el aire, donde cualquier ventisca se las lleva de mi lado. Entonces llevo a cuestas la fragmentación de mis sueños hasta que mi espalda se quiebre de tanto avanzar hacia ninguna meta. Después de todo me queda esperar, ¿qué cosa? La locura, la resignación, la desesperación como punto culmine del dolor, tratando de dilucidar cuántas lagrimas me faltan para llorar...estoy siendo un tanto críptico, lapidario, la tarde siniestra y oscura me acompaña...