Naufragios urbanos

Un cielo grisáceo sobre los edificios. Viento frío y cálido a la vez. Omnipresente lluvia que sabe secretos inconfesables.
Aunque desde fuera parezca simplemente caminar, en días como éste, lo que hace es naufragar por las calles, quizá buscando algo que ya no está. Una luz que tuvo pero que ahora no y que echa en falta, un jodido deambular sin descanso en infructuosa búsqueda de un rincón sin tiempo, en una ciudad de la que no se puede huir. Así, como un náufrago urbano, pasa muchos días, en una loca carrera contra el tiempo, buscando el poder seguir flotando entre una corriente que a menudo amenaza con tragárselo como a otros, ahogados en una vertiginosa marea de polución y personas.