Revista Literatura

Negocios-Cuadrando cuentas

Publicado el 19 septiembre 2014 por Xabelg

Negocios-Cuadrando cuentas
Frank no tenía ganas de discutir con un Ardura parlanchín en su casa, así que le acompañó a su oficina.Tenía curiosidad por ver que pasaba a continuación, deseaba que una repentina revelación le dejara limpio de todo. Después de todo lo que le había contado el detective, una prueba en vídeo podría ser decisiva para su exculpación, lo que le libraría de todo lo que pendía sobre él. Aunque tenía sus reservas, no le gustaban las sorpresas, teniendo en cuenta las últimas que se había llevado. Le preguntó varias veces que era lo que contenía el vídeo. No hubo respuesta, sólo una silenciosa trayectoria de poco más de 15 minutos desde su casa a la oficina de Ardura. La fresca brisa de última hora de la tarde le sentaba bien, el aire se llevaba los efluvios de alcohol que le quedaban, y le despejaba la maltrecha cabeza.
Llegaron a su destino. Ardura abrió ágilmente la puerta del portal y subieron, esta vez en el ascensor hasta el segundo piso. Entraron deprisa a la oficina de Ardura, que sacó de los cajones de un armario que utilizaba de fichero, fajos de papeles y fotografías en las que se distinguía con claridad a Miguel Ángel, Naomi y a otras personas desconocida, pero cuyo aspecto no animaba a intentar conocer.
-Aquí está todo!-Dijo Ardura encendiendo su ordenador.-Tienes denuncias, órdenes de detención contra tu socia, declaraciones de testigos y de antiguos cómplices, falsificaciones de documentos oficiales por obra de vuestro gestor... Vamos, que hay de todo, oye!
Cuando el ordenador terminó de arrancar y cargar los programas instalados, Ardura abrió uno de los cajones de su mesa con una llavecita y revolvió en su interior, y sacando un dvd grabado con un nombre escrito: Naomi Wolf, metiendo el disco a continuación en la unidad de su ordenador.
-Aquí está la película. No tiene sonido, pero es bastante reveladora. Casi me pillan grabando todo esto.
Frank continuaba en silencio, atento a todos los datos que pasasen ante el, no quería perder el hilo. Comenzó la reproducción del vídeo. La localización era más que familiar para Frank. Se trataba de la iglesia franciscana, cerca del ayuntamiento.
El vídeo paso del exterior al interior de la iglesia. No se veía a nadie. La cámara se abría paso por entre las hileras de los viejos bancos, pudiendo ver como se acercaba al altar. Giró a la derecha dirigiéndose a unos cirios que ardían ceremoniosamente y enfoco hacia unas escaleras, avanzando sobre ellas hacia arriba, entrando en lo que parecía ser la sacristía. Allí dentro, con mejor luz, se veía a un fraile hablando con alguien, que era Naomi, estaban a unos ocho o diez metros. No parecían darse cuenta de que allí había alguien más, ocupados en sus asuntos como estaban. La cámara siguió a Naomi que se desplazó a la izquierda, frente a una serie de mesas que se habían juntado. En las mesas descansaban incontables bolsas de lo que parecía droga, a juzgar por la similitud con las de los bodegones que tan a menudo se veían en los telediarios.
La cámara grabó a Naomi abriendo una de las bolsas, metiéndose en la boca un poco del contenido de las mismas, y asintiendo con un gesto de aprobación. El vídeo solo duró unos pocos segundos más, alejándose de aquella escena.
-Bueno Blackwell, esto es la rehostia, no te parece?
-Me parece...que es espeluznante, pero... como prueba es bastante contundente, no?
-Si, bueno... Pero espera, que ahora te cuento como funcionan. La iglesia no sólo es donde almacenan la droga. También es el epicentro de la distribución. Sus distribuidores son unos mafiosos de Miami, lo que es una redundancia, pero bueno, a lo que íbamos, que me di cuenta de que pasaba algo cuando seguía al gestor. En todas las iglesias siempre hay gente pululando, tanto dentro como fuera. Beatas, gente pidiendo limosna, de todo, para resumir. Pero en esta no, nunca, ni entre semana, ni los domingo, lo que rechinaba bastante, así entré a ver que se cocía si es que se cocía algo, y vaya que si se cocía, en ollas gigantes, ja ja.
Tu socia eligió la iglesia porque aquí hoy en día aún tratan al clero con guante de seda y le consienten todo. Ella, sabiendo eso, eligió ese lugar como base de operaciones, ya que era casi imposible que la policía metiera el hocico allí por las buenas.
-Espera, Ardura, y como es que los curas, o los frailes, o lo que sea, se dejaron enredar en el asunto?
-Por dinero, como no. Se conoce que con lo que sacan del cepillo no les da para vivir o para sus vicios. Así que vieron el cielo abierto, je, el cielo abierto, con la oferta de tu socia. Una oferta que no iba a permitir que rechazaran por el gran interés que tenía en ese lugar, dicho sea de paso. Así que los enredó y ellos se dejaron enredar y ahora están metidos hasta el cuello. Hasta los monaguillos están el ajo, joder. En esa iglesia se han montado un tinglado de misas privadas y a domicilio con la que mueven parte de la droga y se llevan un pellizco de los beneficios. Todos sacan tajada. Tenemos un cártel de droga católico, un narcoclero, ja ja ja!
A Frank el chiste no le acababa de hacer gracia, la situación era un poco de manicomio en su opinión. Repentinamente echó de menos el ejército, incluida la durísima instrucción. Muy dura, si, pero con el compañerismo brillando por encima de la mugre. No como ahora, que su supuesta socia y compañera de trabajo lo echaba a los lobos sin dudar un segundo, y corrompía a todo dios que se le pusiera delante.
-Bueno, Ardura, que más tenemos además del vídeo, la documentación y las fotos?
-Pues tenemos unas conversaciones telefónicas grabadas que no tienen desperdicio. Esas conversaciones untan de mierda hasta el tuétano, al cura titular de la iglesia, al gestor y a tu socia.
-Pues en ese caso... No deberíamos esperar más para entregárselo a la policía.
-Bueno, sobre eso...
-Que pasa ahora, no se puede o que? si lo tenemos todo claro, joder!
-Todas las pruebas los incriminan a ellos, pero no te exoneran a ti, que sigues constando como socio en la empresa que lava el dinero de la droga, y habría que consultar si legalmente es admisible todo esto en el juicio. Las grabaciones telefónicas, no, desde luego, lo demás...
-Joder Ardura, sigo atascado en el mismo sitio o que hostias pasa?
-Espera, no te sulfures. Aún me queda algún aliado en la policía, y trataré de ver que formas tienes de salir bien de esto, pero yo que tu, iría buscando abogado, al menos para que te de asesoramiento, y si hay caso y luego juicio...
-Me cago en la hostia!!
Frank recuperó la energía y el animo instantáneamente tras maldecir. Esa maldita mujer que tenía por socia iba a arrastrarle con el en su caída, sin importar si participaba activamente o no en el narcotráfico. Se calló, pensando unos instantes, intentando controlar el flujo de furia que sentía burbujear dentro de sí mismo. Se le ocurrió que podría intentar algo por el mismo, en lugar de seguir esperando. El detective ya había localizado a quien buscaba, era hora de moverse.
-Vale, buscaré asesoramiento legal, pero necesito que me des la dirección del piso franco de mi socia.
-Eso está hecho, aquí llevo la hoja en la que lo anoté...a ver...si, toma.
-Gracias por todo....Seis mil euros.
-Como?
-Te estoy ofreciendo seis mil euros de ese dinero de mierda por guardarme las pruebas a prueba de desapariciones, además de por los servicios prestados, te parece bien?
-Si, pero... no pretenderás hacer algo por tu cuenta, no? Mira el tipo de gente con la que tendrías que tratar.
-Ya estoy metido sin quererlo, como sabes.
-Sólo te digo que no te pongas en más riesgo de lo que ya estás. La cosa podría ponerse violenta, lo he visto muchas veces y no es nada agradable.
-No soy el que en más riesgo está si nos ceñimos a la violencia. Tú, que me has investigado, sabes de mi historial militar. Lo único que no podía era encontrarla, pero de defenderme, de eso si que soy más que capaz.
-Como prefieras, ya eres mayorcito, yo desde luego, no pienso jugármela a lo Mike Hammer.
-Gracias por todo, te haré llegar el dinero por la mañana a través de transferencia. Por la noche haré mi movimiento.
-Oye, Blackwell, una curiosidad, por deformación profesional. Que vas a hacer? No será una de esas detenciones ciudadanas, no? Eso es muy americano, pero aquí no tiene base legal.
-No, no voy a detener a nadie. Sólo voy a renegociar las condiciones de nuestra sociedad.

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