—¿Qué pasa?
—Contigo aprendo más...
—Bobadas
—Mamá, el verbo "amar" me lo enseñaste tú.
—¿Y?
—También matemáticas.
—¿Como qué?
—Pues que tú y yo nunca dejaremos de ser tres.
—¿Tres, cómo es eso?
—Papá nos protege desde el cielo, dijiste...
—Verdad, hijo, somos tres.