Revista Diario

No le permito usar ese foco

Publicado el 10 enero 2015 por Dukespeaks

Te levantas temprano un sábado por la mañana y cuando prendes el apagador se funde el foco ahorrador aprobado por la Fide. Fue buena idea guardar el bombillo que no me dejó usar doña Jetas, pues no son horas de salir a comprar uno nuevo. Aunque, viéndolo bien, estaría bueno hablarle a la casera para que me venda uno (30.00, la genta rica saca dinero hasta de las piedras, por eso no ganan elecciones en México).
Te cagan por un foco y en El Jilton he visto de todo: desde fiestas locas de sábado por la noche hasta parejitas congelonas y ruidosas, jotos que se meten al baño con sus amiguitos, etc. Durante semanas, se sentía el inconfundible olor a mota que se fuman los estudiantes que no estudian, los trabajadores de tercer turno, los meritorios en un hospital pero, fundamentalmente, los adictos. Si no hubiera demanda, no habría narcotraficantes, ellos han hecho de nuestro país un Infierno en la Tierra. Ahora ya ni pasan la campaña Di No a las drogas, parece que hasta los niños se mueren por ellas. Mientras la matazón sigue imparable. ¡Y se lloraban por los muertos de Calderón! Como sea, todos ellos, los mariguanos, se han ido. Yo mismo espero abandonar el barco pronto.
Me preguntaba cómo la viuda se había dado cuenta de que el foco no era ahorrador, si no puede verse el bombillo desde afuera (la casera es una mujer menudita): el color de la luz de los focos tradicionales es amarilla, no blanca. En efecto, el diablo está en los detalles.



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