Revista Talentos

No soy la Mona Lisa

Publicado el 23 diciembre 2016 por Martuca
Jueves 22 de Diciembre de 2016.
Cuando leí tu correo, las palabras que más me dieron vueltas en la cabeza fueron estas...

Por favor, dé señales de vida...

¿Qué querrá decir eso? Cómo da señales de vida un ser humano hacia un otro que no se le acerca lo suficiente como para comprobar si realmente "vive"?¿Acaso el internet es una señal de vida? ¿Este blog lo es?¿Será que usted concibe la idea de amistad vigente, si puede ver la vida de su amiga acá, para cuando pueda o quiera venir? ¿Es eso lo que quiso decir con eso de las señales de vida?Es loco e irónico, pensar que realmente se cultiva una amistad de esa forma. No sé en qué planeta pueda pasar eso, no se me ocurre...Y tampoco se me ocurre que usted en serio crea que eso es correcto. No sé si se pone usted en mi lugar. Póngase a pensar qué quisiera yo como definición de "dar señales de vida"... Una yo, un bit que está ahí como un objeto de exhibición para un cachureo visual, para un chequeo rápido. Piense si eso a mí me completa el cariño y amistad que siento por usted. Por favor, piénselo.Yo no sé si en serio usted quiere lo que pide. Me dijo que nos viéramos, pues adivine qué... ¡Yo también quiero verlo! Conversar, reírnos, mirar su vista ida, sus pocos pelos... Usted para mí no está en ninguna parte. No hay un cuadro suyo colgado en ningún sitio, no hay actualizaciones nuevas en su sombreado perfil. Yo no tengo nada suyo, más que recuerdos.Y créame, he hecho el sincero y profundo acto de olvidarme completamente de usted. Dejar cero huella. Y ¿sabe qué? Pude hacerlo. Pude cambiar. Pero no es lo que quiero. Y justamente cuando ya estaba a punto incluso de acabar completamente con sus recuerdos, aparece usted otra vez...¿Será que usted ha cambiado? ¿Será que ya no quiere mi amistad? ¿Qué quiere finalmente? En serio yo ya no entiendo nada.Lo que sí entiendo y quiero hacerle saber, es que no quiero sufrir gratis. No soy pariente de la Virgen María, ni de Job.Si usted me quiere como yo lo quiero, entienda que ya me descolgué del muro. Entienda que no es sano eso, salvo que usted se cuelgue también.Yo prefiero un amigo, pelado y antiguo, pero amigo al fin. Uno al que pueda recurrir, y que me haga sentir que su cariño no es una ola de un impetuoso y esquivo mar.Porque no es suficiente, por favor hágame saber su parecer. Tiene todas mis señas. Y las seguiré mandando, hasta que aparezca.O hasta que yo decida finalmente desaparecer.
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