Revista Literatura

Normalidad

Publicado el 18 octubre 2014 por Caronte Moratalla @AsolascnCaronte
Arnau Alemany. Barco en el desierto. www.arnaualemany.com

Arnau Alemany. Barco en el desierto. http://www.arnaualemany.com

NORMALIDAD: Cualidad o condición de normal  (Del lat. normālis) Dícese a lo que se encuentra en su estado natural; que sirve de norma o regla, o a aquel o a aquello que se ajusta a unos valores medios (como debe ser).

En el terreno de la Estadística, se emplea la palabra normal/normalidad para referirse a lo que una mayoría hace, tiene o es.

Sociológicamente un comportamiento normal es aquel que satisface lo que está establecido en un determinado entorno cultural, lo adecuado a una determinada cultura.

¿De verdad ha de ser todo tan hermético? ¿Tan estipulado? ¿Tan ordenado? ¿Quién dicta lo que es normal? Si no se cumplen las pautas marcadas por una mayoría, ¿ya se considera algo fuera de lo normal o anormal?

A mí personalmente me gustan los matices. Me niego a pensar que todo tenga que estar tan definido y tan cuadriculado sin ningún tipo de espontaneidad (caótica o no) y que sólo exista una normalidad. ¡Debe haber miles! Es por eso quizá que me cueste siempre tanto pasar por el aro.

Pero en realidad quiero hablar de la normalidad como aquella meta alcanzada después de un proceso de cura espiritual. Como apeo del viaje (mi viaje) que es la vida.

Estoy volviendo a la normalidad, o al menos eso creo. Es algo que estaba persiguiendo hace tiempo y aunque no puedo decir que ya esté totalmente instalada en ella, puedo decir que estoy creando una normalidad propia, única, la mía, con todo lo que necesito y todo lo que estoy dispuesta a ofrecer.

La normalidad es reconciliarte con la vida. Te ayudas de pequeños detalles como puede ser volver a usar el perfume que usabas antes, aquel que te identifica pero que tu enfermedad del alma y las ganas de desaparecer te hizo rechazar por ser una parte de ti. También es volver a escuchar aquella lista de tus canciones favoritas que regalaste alguna vez y que te evoque una sonrisa y un recuerdo bonito.   

Para volver a mi normalidad he necesitado tiempo. He estado tanto tiempo peleando con el tiempo que llegué a pensar que éste me había vencido. Hoy puedo decir que converso con mi tiempo, nos damos tregua: él no me asfixia y yo a él lo pierdo con mimo pero también con conciencia y paciencia.

Pero algo que guarda la lucha por mi normalidad es una extraña alianza con el destino, más bien con sus jugarretas. Tanto pelear con el tiempo y ahora me dedico a vender relojes, ¿no es una ironía? En un escenario donde ver pasar el tiempo es inevitable y donde además me vienen demasiados recuerdos, muchos segundos congelados. Pero estos cada vez son más agradables y ya miro casi siempre con una sonrisa (¡que sea fresca por favor!)

He necesitado mucho tiempo. Mucho tiempo subjetivo para volver a replantearme mis sueños y mis objetivos que por fin parecen volver a aparecer.

De mis sueños, puedo decir que a veces los sueños de ojos abiertos se cumplen más pronto de lo que esperamos, sólo hay que dejar que las circunstancias tomen medida. Hasta hace poco me rondaba la idea de cambiar de país. No pude encontrar otro más lejano que Canadá.  Llegue a estar casi obsesionada con que quería ir allí, que aquí no podía vivir, que no me estaba realizando ni profesionalmente ni personalmente. Gracias al tiempo que es el único que pasa sin cesar, he entendido que necesitaba buscar un lugar lejano con el que soñar, fantasear con huir porque yo sabía que era algo irrealizable pero mi estado emocional me negaba verlo. Sigo queriendo ir a Canadá, es un sueño y sé que lo conseguiré. Si hay algo que estoy aprendiendo es a acotar aspiraciones a  hechos asumibles. Si no puedo alcanzar una cosa, la puedo transformar creando nuevas.

En cuanto mis objetivos, decir que por fin los encontré. He decidido liarme la manta a la cabeza y cambiar totalmente de plano por algo que ahora me hace muy feliz: voy a volver a estudiar. Pero lo más gratificante es que aunque sé que no va a poder ser este año y posiblemente el próximo tampoco, ya no vivo obsesionada con el yugo del tiempo y siento un gran alivio porque sé que mi objetivo está ahí para lucharlo, tarde lo que tarde. Pero ahora  mi  normalidad me permite plantear con más calma qué quiero, dejando un poquito de lado al cuándo lo quiero.

Mi recién estrenada normalidad también se alimenta de muchos cambios y muchos más que vendrán. Y es que  escribo estas letras entre montañas de cajas y trastos porque que estamos en pleno proceso de mudanza.  Nos cambiamos de piso, un movimiento tan cotidiano pero que en nuestro caso es una catarsis, una tabula rasa donde recuperar esa normalidad que algún día tuvimos pero que no supimos entender. Un nuevo lugar donde conocernos más y respetar nuestras necesidades de soledad voluntaria. Donde haya un lugar donde esconderse y de donde salir para saludar con sorpresa, que eso siempre gusta.

Es de esta manera que estoy encontrando una estabilidad y una calma que nunca pensé que podía sentir. Un entorno en el que por fin puedo decir que me siento feliz y donde recupero las ganas de vivir y las ganas de dar vida. Es algo que pensé que nunca volvería a pensar, pero si he conseguido que ya no me tiemble la barbilla, ni al hablar ni escribir sobre ello,  quiere decir que mi proceso va bien y que mi voluntad de ser mamá está volviendo a ser la normal. ¡Cualquier día os sorprendo con la buena noticia!

Es mi normalidad, propia y única. Una normalidad que lejos de ser cerrada y pautada, me hace sentir más libre que nunca. Tiempo, paciencia y aceptación me están ayudando a alcanzar mi meta. No sé si muy normal o no, pero me hace sentir viva y es lo que por ahora más me importa.


Hoy también es un día especial porqué hace un año que me asomé por primera vez a la blogosfera, mi primera cita con mi autoterapeuta. Hoy A solas con Caronte cumple un año y puedo decir que han sido muchísimas cosas que han asomado solución desde entonces.  

Quiero agradeceros de todo corazón cada visita,  que son muchísimas más de las que hubiera pensado nunca y además teniendo en cuenta mi poca profusión al escribir. Pero es que quiero daros también las mil gracias por cada cálida palabra que me dejáis en vuestros comentarios y por todos los abrazos que recibo. Gracias por formar parte de mi universo. Un abrazo fuerte para todos!!!

La canción de hoy es toda una oda a la superación. Y es que volver a la normalidad es como volver a aprender a vivir. 


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Sobre el autor


Caronte Moratalla 1 voto ver su blog

Dossier Paperblog

Revistas