Pausa agitada

He estado ausente en todas las formas posibles, alejando mi espíritu de todos mis sentimientos y situaciones. No me he preguntado muchas cosas, solo he descubierto algunos sueños entre los vientos. La primavera vino con tormentas y viento, mucha agitación. Dicen que estoy floreciendo, dicen que al parecer este clima me hará crecer más fuerte.
De niña pensaba que los adultos eran seres lejanos, serios y aburridos, que muy pocas veces lloraban y vivían al margen de lo seguro, que habían dejado de ser esos niños que antes eran, que había un cambio de alma o ser o como sea. Hoy en día, a medida que crezco, me doy cuenta que no hay ningún cambio. Absolutamente ninguno, solo sabemos más números y más palabras. Simplemente estamos más solos y somos conscientes de ello, eso es lo que nos da miedo.
No puedo evitar ver a adultos frente a ciertos problemas y verlos como niños, niños muy tristes como para quejarse o saltar por todos lados, niños que han sido defraudados y que saben que no sirve de nada patalear. Niños que combaten a los demás porque una vez se despistaron y le quitaron todo. Lo único que cambia es que comprendemos un poco mejor el mundo, ni siquiera sabemos bien quienes somos, pero creemos entender cómo los engranajes universales se mueven.
No he dejado de ser esa niña, sigo siéndolo. Solo que he conocido a mis compañeros: los miedos y desilusiones. Por miedo a perder lo que tenemos es que a veces los adultos dejamos de entender aunque nosotros creamos que si. Y es que a veces las cosas no son tan fáciles, porque nos damos cuenta que de un día para el otro podríamos estar solos. Nos aterra estar solos frente al mundo. ¿Cómo no?
Lo importante es no dejar de tener como prioridad las cosas que verdaderamente amamos, no dejar de lado ningún sueño importante aunque sea imposible, ser paciente y no rendirnos al primer fracaso. No todo va a salir bien, pero les prometo que en algún momento van a estar bien: ustedes mismos con ustedes mismos, sin importar las adversidades. Lo único que deseo en este momento es que nunca me encuentre sola y sin un lugar al que llamar "hogar", aunque no sea un lugar con techo y paredes, y aunque la compañía no sea perfecta.

Fotografia de Meiying Ng

¿Creen que todos los adultos tienen un niño asustado en su interior?¿Ustedes creen que realmente cambiamos? ¿Han cambiado por convertirse en adultos o por miedo? ¿Qué desearían que nunca les falte?

Compartir en Pinterest