Revista Talentos

Por ellos mismos...

Publicado el 02 diciembre 2014 por Lalo Barker @lalobarker
Está amaneciendo, él ve a su esposa fijamente, está parado a un lado de donde ella está acostada, su mirada es vidriosa, los ojos inyectados de sangre por las horas de no dormir, por lo que ha bebido.   Él no le quita la mirada, pero no está sólo, lo acompañan dos amigos, quienes también tienen la mirada fija en ella, los tres han bebido, los tres han pasado la noche en vela.   Nadie puede adivinar lo que pasa por sus mentes, los ojos rojos, vidriosos, les dan un toque siniestro a sus fijas miradas.   El esposo da un paso para acercarse más a ella, mueve su mano, como con la intención de tocarla, pero se detiene a medio camino; sin decir nada, se da la vuelta y se aleja. Los amigos se voltean a ver, no saben qué hacer, uno de ellos levanta sus hombros y ambos se dan la vuelta, siguiendo al esposo.   Pero no salen del cuarto, tampoco son los únicos que están ahí, se reúnen con otros tres amigos que los estaban observando, todos con esa mirada cargada de sangre, todos con las mismas horas de desvelo.   Uno de los amigos le dice al esposo, susurrando las palabras,  -Si no lo quieres hacer, está bien, lo entendemos, nos retiramos y no pasa nada.   -No, yo les dije que lo íbamos a hacer y así va a ser- Le contestó el esposo al amigo, viéndolo fijamente.   -Pues va, si lo vamos a hacer, que sea de una vez, antes de que se haga más tarde...- Contestó el amigo.   Y sin decir más, todos voltearon de nuevo a ver a la mujer acostada y se encaminaron hacia ella, el esposo seguido ahora por los cinco amigos, llegaron hasta estar a un lado de ella, todos viéndola fijamente. Como si alguien hubiera dado una señal, todos al mismo tiempo se voltearon a ver, unos a otros, sin un gesto en la cara que reflejara lo que estaban pensando.  Después, todos voltearon de nuevo a ver a la esposa acostada, se pusieron alrededor y al mismo tiempo se agacharon hacia ella.   Tomando cada uno de ellos el ataúd, mientras el esposo la caja cerraba, cargándolo para ser llevada por ellos mismos... Al lugar a donde iba a ser enterrada.  dormida, entierro

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