Revista Literatura

Por qué hay que especializarse como escritor

Publicado el 08 marzo 2016 por Cabaltc

Hoy quiero ofreceros un post que se sale un poco de mi línea editorial habitual. Lo normal de mis artículos es que intentan transmitiros algún conocimiento o habilidad que he aprendido o desarrollado mientras estudiaba y escribía. Sin embargo, hoy vais a tener un post bastante personal. Para este por qué especializarse como escritor vais a tener que dar un salto de fe. ¡Ojo! Un salto de fe guiado, con arnés, cuerdas resistentes y redes de seguridad, no quiero que nadie se haga daño.

Porque hoy vengo a hablaros de por qué El Rincón de Cabal va a dejar de ser como es y va a pasar a desempeñar una labor similar pero muy enfocada a un único género concreto.

Aunque antes de nada deberíamos empezar por el principio:

¿Por qué en esta vida siempre tenemos que especializarnos?

Especializarse como escritor

Como escritor y como cualquier otro tipo de profesional.

Hoy vengo cargado de metáforas, ejemplos e historias de abuelo cebolleta. Tened paciencia. Todo tiene un objetivo y un final ¿feliz?

Desde que empecé a escribir (de manera seria y estructurada) allá por 2014 tuve clara una premisa: «me gustan muchos géneros, así que voy a escribir sobre todos ellos». Como conclusión directa de aquella afirmación empecé a diversificar de manera algo forzosa mis lecturas. No tiene sentido querer escribir terror, fantasía, ciencia ficción y misterio… si solo leemos novelas de ciencia ficción ¿verdad?

Bueno, podría tener sentido, pero entonces nuestra posible profesión como escritores de misterio, tendría una carencia formativa enorme.

Casi desde el primer día en que tomé esa decisión supe que estaba equivocado. Más aun cuando la tomé durante un master de especialización en negocios digitales en el que gran parte de la carga fueron las materias de marketingestrategiacontenidos,… Un lugar en el que la especialización y la focalización de esfuerzos era algo a la orden del día.

Aunque oye, uno tiene un tesón y una capacidad de trabajo qué… no, no nos engañemos. Soy un cabezón. Quería aprenderlo todo sobre todo.

Especializarse como escritor

Sin embargo… ¿Por qué sabía que decidir escribir sobre todo era mala idea? Porque especializarse como escritor o como profesional (en términos generales) siempre suele ser la solución más óptima. Al menos cuando arrancamos de cero ese negocio.

La especialización en el mundo laboral

El ser humano ha ido especializando sus actividades era tras era con el fin de ser más y más productivo. A día de hoy, cualquier sector en el que penséis (industrial, servicios e incluso agrícola) ha especializado todo su entorno y necesita profesionales especializados en un campo concreto de lo suyo.

Desde que me licencié en Ingeniería de Telecomunicación he vivido varias de esas corrientes especializadoras en mis propias carnes.

Primero vinieron unos años trabajando como investigador duro dentro de la universidad. Asalariado bajo su mando y el de una enorme multinacional que financiaba nuestros proyectos entré en el Grupo de Investigación en Comunicaciones Ópticas y me dediqué a diseñar de manera teórica y física (montando prototipos en el laboratorio) sensores de tensión y temperatura distribuidos en fibra óptica (podría hablar largo y tendido del tema, pero sé que es tan aburrido como suena). Yo, un teleco sin especialización. Un teleco generalista. De estos que tienen una visión utópica del mundo y piensan algo así como yo quiero saber de todo. Pero en esta vida hay que especializarse, sea por voluntad propia o ajena.

Aunque esos detalles no vienen al caso de lo que os quiero contar de mi experiencia como investigador.

El caso es que en aquel laboratorio trabajábamos dos equipos haciendo (más o menos) lo mismo (mismo campo, mismos principios de dispersión, mismos objetivos…). Sin embargo ninguno de nosotros teníamos más relación que la estrictamente personal. ¿Por qué? Porque nosotros trabajábamos con un efecto de dispersión llamado efecto Brillouin y ellos lo hacían con otro llamado efecto Raman. Primos hermanos. Cercanos, pero primos al fin y al cabo.

Mismos objetivos, mismo equipo aunque distintos efectos. Especializarse en un campo tan concreto permitía a cada equipo descubrir cosas en su campo que un especialista del otro efecto no hubiera encontrado jamás. Aunque debo confesar que el último artículo en el que aparece mi nombre fue, de hecho, una colaboración entre ambos equipos ;-).

En definitiva: equipos de trabajo hiperespecializados.

Si avanzamos unos años en el tiempo nos encontramos con otro yo trabajando en el apasionante mundo de la consultoría tecnológica bajo el ala de una megacorporación como es Accenture. El mejor ejemplo de especialización que os puedo dar.

Allí los recién entrados dejaban de ser personas y pasaban a llamarse analistas. Esos analistas eran algo así como las células madre (no diferenciadas) de la empresa: no sabes nada, me vales para todo y encima cuestas muy poco.

Así que ellos decidían un futuro para ti. Ni siquiera podías elegir el más alto nivel de especialidad allí dentro: ni el sistema a implantar, ni el área de empresa ni el tipo de clientes. Vamos, que podían darse situaciones como que un abogado estuviera en un equipo de implantación industrial en el área de producción, o que un teleco estuviera diseñando programas financieros para un banco. Algún día puedo contaros cosas muy divertidas de Accenture, pero este no es el objetivo del post… aunque me encantaría hacerlo.

El caso es que especializarse allí dentro no era una opción. Era un axioma. Se te asignaba un campo hiperespecializado dentro de su gigantesca estructura y te convertían en su experto (léase con el sarcasmo que merece).

Cuando ya sabías más que nadie de ese reducido espacio de conocimiento, te asignaban otros analistas para que les formases (aunque saber sobre lo que vas a enseñar no es requisito indispensable en esa empresa…). Después (con una promoción y una subida de sueldo bajo el brazo) se te asignaban la responsabilidad de varios módulos más que no conocías. Convirtiéndote en un experto de muchas cosas.

Y así sucesivamente a lo largo de toda la cadena alimenticia de la empresa. Cuanto más arriba en el escalafón más dinero pero menos detalle tienes.

Es decir: especialización, aprendizaje, diversificación y al final un profesional generalista. Y no a la inversa.

Pero… David… ¿Por qué nos estás contando todo esto? Tranquilos, si habéis tenido paciencia para llegar hasta aquí lo entenderéis enseguida.

Especializarse como escritor

El mundo empresarial no es el único que ha hecho especializarse a sus profesionales para poder sobrevivir. La mayoría de la gente que escribe y vende libros, de una forma u otra, ha encontrado esa manera de especializarse como escritor.

¿Os imagináis a Stephen King escribiendo una novela policíaca? Vale, sí, lo hizo hace poco con Mr. Mercedes (y otro intento bastante anteror que ni siquiera es conocido) pero… ¿Os imagináis al Stephen King de la época de Carrie, It, El Resplandor,… escribiendo novela policíaca?

La respuesta es no. Al especializarse como escritor de terror se convirtió en un maestro del género (guste o no). Solo cuando se consolidó como tal tonteó con la fantasía (eso sí, siempre con su toque de terror) y finalmente ha terminado coqueteando con la novela policíaca.

Como él hay muchos autores conocidos que solo escriben de lo suyo. No se salen de un esquema predefinido ni de un género para el cual ya tienen una nutrida audiencia de lectores.

Sin embargo también tenemos ejemplos sobre lo positivo de especializarse como escritor en el ámbito nacional.

Porque desde un punto de vista de generar audiencia, el hecho de repetir un mismo género durante algunos libros te permite ganar fans acérrimos de ese género particular tuyo a los que, con mucho tiento, puedes llegar a demostrarles que también sabes escribir otras cosas. Eso sí, partiendo de esa especialización previa.

Aquí os presento los dos que se me vienen a la mente, ordenados por la fecha de publicación de su primera novela:

  • Primero tenemos a Carlos Sisí. Comenzó su periplo literario con sus Caminantes. Tres novelas sobre zombis que le abrieron las puertas del cielo literario. No sé si encontró el caldero dorado al final del arcoiris, pero lo que sí es seguro es que todos los que sabemos algo de libros en España conocemos su nombre. O hemos visto infinidad de veces sus portadas en nuestras librerías favoritas.
    ¿Y qué hizo después? Especializarse como escritor en un género y tener éxito nos permite hacer cosas como esta. Después de 3 novelas de Zombis, Carlos escribió una novela de ciencia ficción llamada Panteón. Una muy buena novela que ganó además el premio minotauro de 2013.Nota para los puristas: Sí, la literatura zombi, además de terror se podría incluir en el varios subgéneros de la ciencia ficción. Pero como muchos sabréis, les tengo cierta tirria a esos seres de carne muerta. Para mi son ya un género totalmente diferente de los demás.
  • Segundo tenemos a César Pérez Gellida. César escribió una trilogía que también le abrieron las puertas del paraíso. Con un nombre tan llamativo como Versos, canciones y trocitos de carne, sus tres primeros libros (Memento Mori, Dies Irae y Consummatum Est) tratan el trío amoroso entre un detective, un asesino en serie y un psicólogo criminalista. Vamos, tres novelas de misterio de las que no os puedo contar el final, porque todavía estoy terminando Dies Irae.¿Y qué escribió después de especializarse como escritor de thrillers?Una novela de ciencia ficción que nos relata las aventuras de ciertos personajes que, en un mundo postapocalíptico, se dedican a la búsqueda de un supuesto ser excepcional que lo solucionará todo. Su nombre es Khimera y os recomiendo que la leáis (aunque antes podéis echar un vistazo a mi reseña pinchando aquí para ver si os convence).

¿Entendéis por donde voy? Empresas, universidades y escritores de éxito nos están diciendo que eso de especializarse como escritor es algo que debemos hacer.

Aunque todavía hay más…

Dos escritoras y blogueras que respeto y admiro mucho tienen varios posts en sus respectivos blogs hablando sobre la importancia de especializarse como escritor, sobre todo en lo que al blog que éstos mantienen respecta.

Y no solo en sus blogs hablan de esto. He tenido el placer de escuchar a ambas en sendas conferencias (teniendo el honor de poder cenar con una de ellas junto a varios escritores y blogueros más y así compartir nuestras ideas).

Las dos coinciden en enviar el mismo mensaje: los blogs de nicho funcionan. Cada una con sus palabras, con sus pros y sus contras e incluso con otras alternativas que también funcionan…

¿Intuís de quiénes estoy hablando verdad?

Gabriella Campbell tiene muchos artículos en su blog sobre este tema. Rescato dos que creo que son de verdadera importancia en lo que a especializarse como escritor (o bloguero) se refiere:

Y Ana González Duque lo ha hecho más enfáticamente en las conversaciones y charlas en las que he coincidido con ella. Hace poco escribió este artículo en su blog del que se desprende su apoyo a eso de especializarse como escritor:

  • ¿Cómo puede ayudar un blog a vender libros? – En el punto que habla sobre que un blog de escritor te otorga un peso dentro de tu campo. Además de hacerlo también en su respuesta a mi comentario (al final del artículo).

Así que… si todas las herramientas de marketing, dos gurús del tema, la mayoría de los escritores de éxito… hablan sobre especializarse…

Ideas para especializarse como escritor

¿Por qué os he contado todo esto?

Como os decía este no es un post al uso. Enmascarado en este artículo sobre por qué debes especializarte como escritor está mi verdadero objetivo de hoy.

El objetivo de que entendáis cuáles son los motivos que me llevan a realizar el siguiente cambio de rumbo en la línea editorial de El Rincón de Cabal.

El nuevo Rincón de Cabal

Mismo nombre, mismo dueño, mismo editor y mismo escritor. Yo, David Olier, seguiré llevando El Rincón de Cabal igual que hasta ahora.

Sin embargo, los contenidos van a variar un poco. Porque en este proceso de especializarse como escritor, he decidido centrar mis esfuerzos en el género literario que más me apasiona leer y más me gusta escribir: La Ciencia Ficción. También conocida por sus siglas en castellano CIFI o por sus siglas en inglés SCIFI.

«Porque no es necesario ser tecnólogo ni científico para escribir ni leer ciencia ficción»

Éste seguirá siendo un blog que hablará sobre cómo aprender a escribir, dando consejos para autores noveles y no tan noveles. Las secciones sobre cómo escribir un libro, un relato o cómo usar Scrivener seguirán estando siempre ahí y actualizándose con nuevo contenido. Os desvelaré todo lo que aprendí, aprendo y aprenderé sobre escritura, aplicado al género de la ciencia ficción.

¿Y todo esto en qué me va a afectar a mis lectores ?

Creo que no le afectarán demasiado los cambios pero… mejor vayamos navegando por las secciones que actualmente tiene este blog:

  • Escritura: La sección dedicada a la escritura seguirá siendo útil para todos. Cómo usar Scrivener, recursos literarios, guías para escribir más y mejor… todo ese contenido seguirá estando pensado para vosotros. Aunque incluirá referencias y apuntes específicos para aquellos a los que les apasione la CIFI tanto como a mí.
  • Reseñas: Seguirá existiendo. No eliminaré ninguno de los contenidos anteriores pero a partir de ahora sólo publicaré reseñas de los libros de CIFI que lea. Salvo, eso sí, que me encuentre con alguna verdadera joya de la literatura que necesite publicar y recomendar.
  • Relatos: Ya sabéis que publico menos relatos que antes. Es lógico ¿no? De algo hay que vivir. Así que ya sabéis, podéis comprar mi antología de relatos La imaginación también muerde. Pero ahora, por muchos relatos de terror o fantasía que escriba, sólo publicaré (de vez en cuando) aquellos que estén relacionados con la CIFI. Ya sean míos o de cualquiera que esté interesado en dar a conocer sus textos (para vosotros, podéis poneros en contacto conmigo aquí).

A ellas se van a unir una serie de nuevas categorías diseñadas para mostrarle al mundo lo que es la ciencia ficción y ayudarles a que vean lo apasionante que puede llegar a ser. Incluyendo, por supuesto, una sección para todos aquellos alucinantes descubrimientos e invenciones de la ciencia y la tecnología que, a día de hoy, nos abastecen de ideas frescas a los que nos encanta este mundo.

Porque no es necesario ser científico para escribir ni para leer ciencia ficción. Y, salvo que se quiera escribir Ciencia Ficción Dura, tampoco es necesario comprender el mecanismo exacto por el que la tecnología y la ciencia se comportan como lo hacen.

Pero de eso ya hablaremos la semana que viene en el primer post de esta nueva era.

Hasta la semana que viene

Cuando El Rincón de Cabal ya tendrá hecho su cambio de línea editorial y habrá empezado a modificar las secciones de la web. Me hubiera gustado que todo estuviera en perfectas condiciones antes de haber hecho este anuncio pero ya sabéis que cuando una sola persona escribe (narrativa), diseña, programa, escribe artículos y mantiene vivas sus redes sociales… ¡es muy difícil llegar a todo!

Aunque nada me ilusiona más que este proceso de especializarse como escritor en mi género favorito. Espero con ganas poder enseñaros todo el contenido que estoy preparando y espero con más ganas aún ver si os gusta.

Siempre nos quedará La Imaginación También Muerde como claro ejemplo de libro que abarca todos los géneros en uno. Aunque, por su puesto, los relatos cortos se prestan a que les demos un tratamiento diferente del que daríamos a un texto más largo. Si os decidís por leerlo o estáis en ello recordad que una reseña en Amazon o en Goodreads son lo mejor que podéis hacer por mí :-).

Un abrazo muy fuerte y espero veros la semana que viene.


Escrito por David Olier para el blog El Rincón de Cabal.


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