Revista Talentos

¿Por qué todos los actores deberían formarse en alguna escuela?

Publicado el 13 septiembre 2017 por Premiere Actors @PremiereActors

by Vancouver Film School

Una buena actuación se basa en muchísimos factores: la habilidad para entender y analizar los personajes, saber encontrar el subtexto en las líneas de un guion o libreto, trabajar bien el monólogo interior, el dominio del ritmo y las pausas, la dicción, la escucha, la expresión corporal, aprenderse el texto perfectamente para no tenerlo que pensar…

Todas esas técnicas son las que se enseñan en las escuelas de interpretación, y por eso nosotros siempre aconsejamos a los actores apuntarse a alguna. ¡Como toda profesión, nosotros también debemos adquirir una buena base para ser competentes en nuestro trabajo! 🙂

Estimulas tu cuerpo y mente

Los bailarines, músicos y deportistas profesionales practican su oficio todos los días y a todas horas, y esto es lo que les hace excelentes. Si nosotros queremos ser artistas de nivel, también tendremos que empezar a practicar y echar horas para mejorar. Por este motivo, ir a clases es el modo perfecto de ponerse al día, adquirir buenas rutinas y obtener experiencia en el terreno audiovisual o teatral.

Y las clases no solo son indicadas para la gente que comienza: Si un actor tiene ya muchas tablas y experiencia en el oficio, pero lleva un tiempo parado, apuntarse a algún taller le ayudará a volver a activar su cuerpo y su mente. Los cursos y talleres no sirven sólo para aprender, sino también para refrescarse y restaurar la mentalidad adecuada que les permita la vuelta al ruedo.

Como bien sabes, existen pocas cosas que puedes controlar en esta industria: si el mercado demanda muchos perfiles de actores como el tuyo o no, por ejemplo, no depende de ti, pero sacar provecho a tu talento y educarte bien como artista para saber gestionar mejor las oportunidades que tienes, sí que puedes.

Da igual que te formes en una escuela de prestigio, en una pequeña academia, asistiendo a workshops, talleres, cursos intensivos o de larga duración. Ofertas hay de todos los colores y adaptadas a todas las necesidades.

Si tienes claro que tienes talento y potencial, ¡las clases te enseñarán a sacarlo y explotarlo al máximo!

Conoces a gente

En clase conoces a muchos compañeros que se encuentran en la misma situación que tú, y eso es muy valioso. Gente con las mismas inquietudes y sueños, personas que atraviesan los mismos obstáculos y miedos, que sueñan con las mismas metas. Pronto soléis encontrar apoyo entre vosotros.

Y si os hacéis grandes amigos, mucho mejor, porque vuestros momentos de ocio estarán muy relacionados con lo que es vuestra pasión: el cine o el teatro. Si conectas tu hobby con tus aspiraciones profesionales, casi sin enterarte, seguirás aprendiendo y empapándote de lo que esta industria tiene para ofrecerte. ¡No desperdicies esta energía!

Por otra parte, muchos profesores suelen ser profesionales activos en la profesión, de tal modo que ya habrás hecho tu primer contacto en este mundillo. Además, quizá te cuenten anécdotas o consejos relacionados con el sector audiovisual y teatral, y acabes absorbiendo nombres de personas importantes en la profesión de los que podrás tirar en un futuro a la hora de buscar trabajo y abrirte camino.

Todo son ventajas, ¿verdad? 😉

Experimentas, te retas y te motivas

Casi todos, por muy bien que se nos dé este arte, tenemos nuestros miedos: a algunos actores nos asustan los ejercicios de improvisación si no tenemos demasiada imaginación o nos gusta tenerlo todo controlado; son muchísimos también los que tienen problemas de timidez o de miedo escénico; la expresión corporal no resulta tan fácil para los actores que tienen algún complejo con alguna parte de su cuerpo…

Eliminar los bloqueos personales no es algo que puedas hacer fácilmente por tu cuenta, y precisamente la escuela te ayuda a enfrentarte a estos miedos.  El aula es un sitio para practicar, experimentar, probar, arriesgar, y si estás guiado por un buen coach o profesor, notarás que avanzas a pasos agigantados.

A medida que avanzas y aprendes, además, vas generándote nuevos retos. Y los retos son los que mantienen viva tu motivación durante las diferentes etapas que atravieses, evitando que te frustres y te estanques.

Cuantas más veces te veas fuera de tu zona de confort, más progresarás y construirás tu confianza como actor. Por eso, ¡experimenta! ¿Qué mejor momento que en el aula para probar nuevos métodos e ideas y determinar cuál se adapta mejor a ti?

Aunque los ejercicios que te indiquen los tutores en clase te parezcan a veces una tontería, merece la pena hacerlos lo mejor posible. Esas tareas te enseñan una gran variedad de técnicas que te servirán de recurso en el futuro a la hora de interpretar cualquier papel.

Disfrutas

Este apartado casi no necesita palabras… El título habla por sí solo.

¡Has nacido para ser actor y no hay otra cosa que te guste más que tener la oportunidad de desarrollarte en arte de la actuación!

Última recomendación

Antes hemos comparado la interpretación con el deporte. Si quieres ser el mejor actor de todos los tiempos, has de practicar mucho y dar siempre más. No te quedes sólo con las horas de tus clases de los lunes, miércoles y viernes (por poner un ejemplo), sino haz por sumergirte lo máximo posible en el cine y el teatro y préstate a formar parte activa en todo lo que puedas: crea pequeños proyectos con tus compañeros de clase, analiza películas, practica monólogos por tu cuenta o acude a pruebas de casting siempre que puedas, de las cuales también aprenderás mucho, aun cuando no resultes elegido.

Si te ha venido a la mente algún otro beneficio que aporta la formación a los actores, te animamos a que nos dejes un comentario a continuación. Y si lo que te ronda la cabeza es la duda de no saber en qué escuela estudiar, ponte en nuestras manos. A través sólo una sesión de Orientación Artística te diremos, no solo dónde y qué te conviene más estudiar, sino que te daremos muchos consejos y elaboraremos contigo tu ruta personalizada, para que sepas cómo cumplir todos tus sueños y aspiraciones artísticas. ¡Nos vemos!


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