No todo el mundo está predispuesto a construir, a colaborar, a participar en el refuerzo positivo. Requiere de templanza, paciencia, conocimiento, reflexión, práctica, tiempo... Es más costoso a corto plazo construir que destruir, y mucho más cansado física, anímica y mentalmente. Pero todos tenemos la potencialidad de llegar a cualquiera de los casos anteriormente expuestos.Es ahí donde se marcará la diferencia: en las capacidades que queramos desarrollar, en nuestros planes de futuro.Lo que hagamos con las piedras que nos encontramos definirá en lo que convertiremos el entorno en el que nos encontramos, demarcará las capacidades que nos identificarán.
Y quien dice una piedra, dice un cuchillo, una red social, un clase repleta de alumnos, una sociedad que se gobierna, una familia que se forma, un gesto que se manda. En cada movimiento se inserta la posibilidad de cada persona de desarrollar las potencialidades propias, así como las del objeto, concepto, elemento, ser que se porte entre las manos, siendo responsables últimos, en conjunto, del entorno que se genera.