El Silencio de la Noche
Desde su rincón miraba con aquellos pequeños ojos negros, el final del paseo. El miedo contenía su respiración mientras el corazón estaba a punto de brotarle entre los labios purpúreos. Había salido de la ducha, su tez morena atractiva aún estaba húmeda, se sintió extraña, algo la empujó a refugiarse rápido en aquel obscuro rincón. El rumor del viento lo acercó y el acecho terminó, la madera rugió. Se tapo instintivamente la cara mientras sentía el frío siseo de sus colmillos en su lindo cuello, reptando por sus atractivos y ensangrentados pechos, sellando de nuevo el silencio de la noche.
María José Luque Fernández.