Revista Talentos
Nunca olvidaré la noche en la que descubrí cómo derrotar a esos seres maléficos que solían visitarme. Tan sólo tuve que reunir el valor suficiente para levantarme de la cama e ir al dormitorio de mi abuela. Junto a ella, todos los monstruos desaparecieron, incapaces de atravesar mi escudo protector.