Sentarme en tu misma mesa para ver como un par de velas obre el pastel revela el secreto, no tan secreto, del paso del tiempo.
Y tener la certeza que el fin se acerca, aunque, aun espero, deba esperar largo tiempo.
Sentarse en esa mesa y ver como se le da candela a esas ceras de colores y chamuscadas las mechas, poseedoras de numéricas figuras que te delatan, te desnudan.
En ese instante en que tu boca sopla… el aire… y oscuro todo; y todo no puede ser mas literal… como en ese {o con ese} simple acto se da por muerto un año y se recibe muy alegremente al naciente.
¡Contrariedad! Un año mas termina por ser un año menos… ¡Que los cumplas muy feliz!