Revista Diario

Recuérdame...

Publicado el 26 octubre 2015 por Marta Bartac @martabartac
Recuérdame...
Recordar puede significar muchas cosas para según que personas. Recordar un abrazo, un beso, un día, una cena, una película... pero en cambio recuérdame es otra totalmente diferente. Recuerdame cuando te besaba, cuando yo estaba ahí y nadie más lo hacía, cuando te pedía sinceridad... Hoy voy a mostraros mi intimidad, mis recuerdos, mis horas bajas, mis noches de insomnio, mis lágrimas, mi tristeza, mi nudo en la garganta, mis palabras, mi dolor, hoy voy ha daros mi corazón. Esa parte que nunca habéis conocido, que nunca habéis visto, ni la habéis oído. Nunca quiero exponer mi vida en ningún sitio, ni en el blog, ni en lo que escribo ni en mi propio libro. Mi propio libro el cual se titula  Recuérdame, en el he intentado expresar la historia de amor toxica que yo viví, y todo lo que sufrí. No os alarméis como comprenderéis no está puesto el nombre de la real persona, aunque podía haberlo echo, pero yo no soy una mala persona como es él, yo no trato mal a la gente que suele quererme. Tengo que deciros que para mi, este libro es y ha sido un antes y un después, un antes porque lo escribí en mi mal momento y cuando estaba hundida por ese amor toxico, lloré muchísimo y sufrí mucho más a la hora de escribirlo. Lo único real que existe en mi libro es la historia de amor, entre los dos personajes lo demás es todo inventado, porque no quería hacer mi vida una historia, todo tiene un limite y ese es mi vida. Hay cosas que duelen mucho, palabras, momentos, cosas que se dicen sin pensar e incluso recuerdos. Realmente no sabía si publicar el primer capitulo de mi libro en mi blog, por miedo a que me lo copiéis, tomaré medidas para que nadie pueda coger ni mis textos ni nada que pertenezca a mi blog, y para ello nadie puede coger mi texto, ni copiarlo para guardárselo. Solo os pido una ultima cosa, y con esto ya me voy.... Disfrutarlo, y dejaros llevar.
CAPÍTULO 1:EN BUSCA DE UNA RESPUESTA!Ahí estaba yo con la mirada fija mirando el  último mensaje de Whatsapp que me envió, anhelando cada una de sus sonrisas fingidas, su mirada perdida y esa voz que me dejaba helada cada vez que decía mi nombre. Recordando todos los momentos vividos a su lado, las noches estirados en la cama, donde ninguno de los dos dormía solo jugábamos a querernos y a sentir nuestros corazones bombeando juntos, al ritmo de las agujas del reloj. Todo era muy cálido, muy frio a penas nos mirábamos éramos como dos desconocidos, que no se conocían de nada. Todo se esfumó, como de la nada ya ni siquiera nos hablábamos cada uno hacía su vida caminando y viviendo en la misma casa. Dormíamos en la cama, pero separados sin dirigirnos palabra alguna y todo porque no nos entendíamos. A la mañana siguiente empezó a empaquetar todo lo que era suyo, sus CDs, sus libros, su cepillo de dientes, las fotos de nuestra historia fingida, todo lo que yo no quería de él. Mientras yo me preparaba mi infusión de Té verde, el terminaba de empaquetar  todas sus cosas. No quería volverlo a ver más, no quería nada suyo quería que se esfumara como si nunca hubiera existido, para mí. Como si esos besos esas caricias que me daba, nunca hubiesen tenido lugar, yo solo quería borrarlo todo empezar de nuevo, para así poder seguir hacía adelante con mi vida. Cuando le conocí no era así, cambió con el tiempo que íbamos formando nuestra historia y no sé a qué se debió ese cambio, lo que si se es que ya nada era lo mismo que antes, ya no era ese del cual yo me enamoré. Todo es muy raro desde que él ya no está, el sol ya no entra por mi ventana, y los rayos de sol se apagaron hace mucho tiempo. Me levantó cada mañana y miro por la ventana de mi habitación tratando de averiguar en qué nos equivocamos, en la forma de querernos o en la forma de no entendernos. Cuando dejaré de sentirme culpable por lo que hice, él tenía más culpa que yo que en vez de cuidar nuestra historia hizo que se apagará igual que las bombillas cuando dejan de funcionar mientras que al reloj de mi habitación, se le acabó la pila en el instante que él cerró la puerta de mi casa y desde entonces ya nunca más le puse pila. Yo seguía con mi vida, tratando de seguir hacia delante y volver a donde empezó todo, en mi cama leyendo el último mensaje que me mando  donde ponía: ‘’Después de todo, te arrepentirás de lo que has hecho porque aun sigues queriéndome’’ ultima conexión: 10:20 un sábado por la tarde del mes de agosto ese fue su último suspiro por whatsapp, no volvía a saber nada más de el después de que cerrará para siempre la puerta de mi casa.  No podía quitarme la frase de mi cabeza, una y otra vez la volvía a leer, después de todo lo vivido a su lado, era como si él ya supiera lo que iba a pasar entre nosotros. Y yo no sabía que decirle ni que contestarle, seguía la misma frase rondado por mi cabeza una y otra vez como si fuera una canción que no paraba de repetirse cada vez que terminaba de sonar. Eran las 4:00 de la madrugada cuando al fin conseguí dormir después de que la frase siguiera dando vueltas por mi cabeza, y de repente se me encendió el móvil, miré a ver quién era, era un mensaje de mi amigo Marc, que acababa de llegar de la disco, y quería saber si me podía tomar la última con él, en su casa, pero yo no tenía muchas ganas de quedar con nadie, después de todo lo que había pasado, pero él era mi mejor amigo. Así que yo le contesté que estaba durmiendo pero que mañana  me tomaría la última con él. Marc ha sido mi mejor amigo durante todos estos años, somos como hermanos, nos lo contábamos todo no había secretos entre nosotros, cuando el me necesitaba yo estaba ahí y cuando yo le necesitaba él siempre estaba ahí. A la mañana siguiente fui a su casa antes de comer, al mediodía para tomarme la cerveza que le prometí. Su perro coco, había vuelto a mearse en el felpudo de su casa la noche anterior era ya muy viejo y tenía sus años, sufría de pérdidas de orina si no le sacabas a su hora. Piqué a su timbre y escuché a coco ladrar, pero nadie abría se había quedado dormido después de la cogorza que pillo ayer por la noche cuando vino de fiesta, así que volví a mi casa pero antes le deje un posit en la puerta que decía: ‘’Cuando estés despierto llámame. Con amor. M.’’ Había quedado por la tarde con unos amigos, para desconectar. Mientras que me arreglaba y me ponía los tejanos y la camiseta negra de tirantes que marcaba mi silueta, sonó el teléfono era mi padre, que venía unos días a mi casa y me dijo que le recogiera en el aeropuerto está tarde, vaya!! Que aguafiestas, me ha fastidiado la tarde con mis amigos, pero como yo quería ir porque era un picnic y me gusta el campo, pues me acerqué un momento a casa de mi amigo Marc a ver si se había despertado de la cogorza que tenía encima. Y si se despertó y cuando abrió la puerta me recibió en calzoncillos y con un dolor de cabeza que no se aguantaba ni de pie yo entre en su casa hablando muy rápido y sofocada y él me dijo que hablará más despacio que no me entendía nada. Le conté que si me podía hacer el favor de ir a recoger a mi padre al aeropuerto y darle las llaves de mi casa pero Marc se negó yo le expliqué que tenía planes  por la tarde que lo hiciera por mí, aunque no le cayera bien mi padre, así que lo hizo por mí, y le dije que gracias, que le debía una. Yo de mientras que Marc se ponía en marcha para ir a buscar a mi padre, yo llamaba a mis amigos para saber si podían quedar para ir al picnic, y todos podían quedar. Hugo me vino a recoger en su coche, y él me decía que cada día estaba más guapa, pero yo pasaba de todo lo que me decía porque mi cabeza y mi corazón estaban en otro sitio. Al final nos quedamos más de lo previsto en el campo, lo que fue un medio día se convirtió en una tarde noche. Después de unas risas, con Mónica, Sara y Hugo nos echamos a dormir y yo puse el móvil en tono vibración no me di cuenta que mi padre me había llamado unas 15 veces, hasta que me desperté y vi las llamadas. Cuando llegué a casa mi padre estaba muy enfadado me dijo: Donde estabas, y yo le contesté que ya era mayorcita para venir a la hora que yo quisiera que para eso era mi casa, y él estaba solo de paso. Pero le explique que había quedado y por eso, no pude ir a recogerle. Mientras tanto yo seguía comiéndome la cabeza y pensando en que me equivoqué para que todo lo que tenía se me rompiera en mil pedazos. Todo se desvaneció en aquel preciso instante que picaron a la puerta, era él se había olvidado unas cosas y venía a recogerlas, yo le miraba, con esa mirada perdida veía como recogía sus últimas cosas para no volver a  verle nunca más, yo asimile con la cabeza todo lo que dije, tenía que hacerme a la idea que el ya no iba a venir nunca más y que de cierto modo era mejor así. Yo tenía que continuar con mi vida, quedar con los amigos en alguna terraza de algún bar de Madrid. Me llegó un email de mi amiga Cristina, que había venido a visitar la ciudad y como ella estaba en Londres estudiando su carrera de directora de marketing le habían dado libre estos días. Me contó que en su instancia allí había conocido a un chico muy guapo e inteligente que llevan juntos 2 años. No daba crédito a lo que estaba leyendo, ya que cristina siempre había fracasado en el amor, y para estos temas era una negada, no le gustaba hacer nada. Yo le pregunté que cual era su número de móvil ya que había cambiado unas cuantas veces de teléfono, y ella me contesto que para que quería un móvil habiendo email se había vuelto muy pija. Se ve que allí en Londres no ha malgasto el tiempo, su novio Chad tampoco tenía móvil yo me quedaba impresionada a todo lo que leía, y le escribí un último mensaje, antes de acostarme. Le pregunté que si seguía siendo una negada en la cama?, pero no tuve respuesta. Así que me acosté.

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