Recuerdos de ayer: Recordando los vinilos

Hay un vídeo circulando por la red en el que a un niño de tres años se le da una revista e intenta pasar las páginas como si fuera un iPad. Si hace eso con una revista, ¿os imagináis lo que haría con un vinilo? ¿Se lo comería?

Es impresionante ver como las tecnologías avanzan a velocidad de vértigo. Hace tan solo cinco años no teníamos SmartPhones y, en la actualidad no podemos andar 500 metros sin contar con Google Maps. Recuerdo a un profesor de universidad que decía: “la tecnología avanza tan rápido que en un futuro no muy lejano 3 generaciones coetáneas no podrán comunicarse entre sí debido a los diferentes usos de la tecnología”. A modo de paralelismo, este comentario se ajusta a lo que pasa hoy en día con los vinilos de música.

Todavía recuerdo cuando el barrio de Malasaña en Madrid estaba plagado de tiendas de discos: Jaxx Records, Tazmaniac,  Phrenetic, Ama Records y muchas más. Hoy en día, lamentablemente, quedan muy pocas… si es que quedan algunas. Pero aunque este formato este en retirada, lo cierto es que el vinilo es el formato en el que mejor se escucha el sonido.

Existe cierta discusión sobre si se escucha mejor la música en CD, MP3 o vinilo. Algunos, entre los que se encuentra Niel Young, defiende que cuando se pone un CD «En realidad, no estás escuchando música -añadía-, sino códigos y dígitos, tonos y frecuencias que recrean el sonido de la música». Sin embargo el sonido de un vinilo “es analógico desde la fuente hasta la salida; no experimenta cambios de onda decisivos en un buen equipo. La información sonora de un disco compacto es en cambio, digital. Al salir se debe convertir nuevamente en analógica y, para ello, ha de reducir las curvas originarias de sonido a 0 y 1, con lo que se pierden matices”.

Sea como fuere, y prefieras el formato que prefieras una cosa está clara; la música debe seguir sonando. En homenaje a Lou Reed os dejamos uno de sus temas míticos “Vicious“