En su planeta, la Tierra, ya no había.
Revista Talentos
Tras el largo viaje, desde un remoto lugar al otro extremo de la galaxia, la nave interestelar descendió en silencio. El alienígena buscaba algo en concreto, algo de inmenso valor. Cuando lo encontró, lo observó, acarició y olió con cariño: eran flores.
En su planeta, la Tierra, ya no había.
En su planeta, la Tierra, ya no había.