Revista Diario

Reencuentro

Publicado el 28 febrero 2011 por Julio
Vecinos
Gloria, fuerte, silenciosa, trabaja con los ingredientes preparando la cena en una cocina casi en penumbra, son las siete de la tarde y un ruido en el piso de abajo le hace recordar algo.

Gloria: Han llegado los nuevos vecinos, baja a su casa y les saludas de parte de la familia.Francisco: Mama… ¿Por qué tenemos que hacer eso? Es como si fuésemos unos cotillas, si quisieran conocernos o necesitarían algo vendrían ellos aquí, ¿no crees?Gloria: Hazme caso, baja y le llevas estas galletas, somos civilizados, quiero que se sientan bienvenidos, nada más. Francisco se gira con el ceño fruncido, muestra disgusto por las órdenes de su madre, camina despacio a su cuarto, se cambia de camisa y sale de la casa con el paquete de galletas que le ha dado su madre.Gloria: Y no tardes, que siempre te lías.Francisco: Vale…Frente a la puerta de sus nuevos vecinos, Francisco se coloca la ropa, el pelo, carraspea y llama con los nudillos, nunca lo hace en el timbre, es una manía más de una amplia colección. Al fondo la voz de una mujer madura, Laura, que grita al vacío para que abran la puerta.Valeria: Sí, ¿qué quieres?Francisco:Valeria: Mama, creo que es el vecino tonto.Laura: Hija, pero qué cosas dices… Anda, ven muchacho, pasa, no te quedes ahí.Francisco: Esto… yo venía a traeros esto y deciros hola de parte de… Adiós.Valeria: Lo que yo decía mama, el vecino tonto.Laura: ¡Valeria! Parece mentira lo joven que eres, mañana vas a subir y pedir disculpas al vecino, sólo ha querido ser amable. AmigosUn año después del primer encuentro Valeria y Francisco juegan juntos en el parque colindante a sus casas, se han convertido en grandes amigos y con una gran complicidad. Valeria: Francisco, ¿Tú vas a la fiesta, verdad? Me tienes que ayudar para escaparme, yo quiero ir contigo.Francisco: Pero Valeria, si tu madre se entera nos matará a los dos y no volverá a dejar que nos veamos, ya viste la última vez, estuvo a punto de pegarme, además, no tienes los dieciséis años, no te van a dejar entrar.Valeria: Pero sabes que no los aparento, si parezco hasta más mayor que tú, y por mi madre no te preocupes, si nos descubre ya hablaré yo con ella, además, yo quiero ir contigo, es la fiesta de fin de curso y quiero estar a tu lado, vamos a estar casi todo el verano separados y necesito pasar todo el tiempo posible contigo.Francisco: Pero Valeria, sólo te vas un mes de vacaciones, no dramatices.Valeria: No te enteras de nada ¿Verdad?Doce de la noche, Valeria lleva puesto un traje corto, con flores estampadas, no parece tener catorce años. Francisco, de pie justo debajo de la ventana del cuarto de Valeria intentando ayudarla a bajar al patio interior.  Los dos se escapan a la fiesta.Valeria: ¡Fran! ¡Fran! Francisco: ¿Qué?Valeria: Salgamos fuera, con tanto ruido y humo no podemos hablar, quiero decirte algo.Francisco: Vale, pero espera un momento que estoy hablando con Rubén, ve yendo tú y ahora te sigo. Valeria sentada en la acera de la calle, hace frío y se coloca el abrigo sobre los hombros, espera casi una hora hasta que Francisco sale de la discoteca.
Valeria: Casi me muero de frío. Francisco: Perdona, se me olvidó, ¿Dónde quieres ir? ¿Qué me tienes que decir?Valeria esta enfurecida, sabe de su pronta marcha y quería dejar los sentimientos claros con Francisco, ahora duda si merece la pena, no lo encuentra receptivo. Caminan calle abajo en dirección a sus casas, la noche es fría, no hay nadie por la calle, son las tres de la mañana.
Francisco: Ya verás, tu madre va a enterarse y me va a regañar.Valeria: Eso ya no importa Fran, te quería decir una cosa, pero eso también ya no importa. Ya no importamos Fran, mis vacaciones..., no son mis vacaciones, a mi padre lo han contratado en una empresa de Madrid, no me voy a pasar un mes a Granada a casa de mis abuelos, me voy porque nos vamos a mudar a Madrid, no volveremos a estar juntos, al menos así no. Eso no es lo que te quería decir Fran, pero no lo entenderías, no lo entiendes, de todos modos creo que es mejor así. Dime algo Fran, ¿Qué te pasa? ¿Por qué no me dices nada? Francisco: Valeria, pero… ¿Por qué no me lo dijiste antes? Creía que éramos amigos, no lo puedo entender, lo has sabido ¿Desde cuándo? ¿Días, meses? Y me lo dices así, ahora.Francisco acelera el paso, se pierde en las sombras dejando a Valeria parada, quieta, como una estatua a punto de romper a llorar.
Valeria: (Al viento, mirando en la dirección que ha huido Francisco) Fran… lo ves, no lo entiendes, nunca lo entenderás. SoloEl verano ha llegado a su fin, Francisco prepara los libros y la ropa para mañana, comienza el Bachillerato. 
Gloria: Hijo, ha llamado Rubén, me ha dicho que a la tarde vendrá a buscarte para ir juntos a no se qué, no me ha quedado claro, que te echa de menos y que mañana…, bueno hijo, llámalo y hablas con él. Hazlo por mí, llevas todo el verano encerrado, desde que se marchó Valeria no has vuelto a salir de tu habitación, todo el día leyendo, si ni siquiera te despediste de ella, la dejaste en la puerta llorando, con lo amigos que erais, no logré a comprender que os pasó.Francisco: Tú misma lo has dicho mama, éramos, con esa palabra resumiste todo lo que fuimos. Venga mama, déjame solo, voy a llamar a Rubén, de verdad mama, ya se acabó todo, te prometo que con el curso nuevo llevaré de nuevo la vida que tenía.

La besa justo en el borde de los labios, la mira a los ojos y se abrazan. Más tarde en la puerta de la casa de Rubén, los dos amigos hablan.
Rubén: Ya era hora Fran, ¿Qué te ha pasado, por qué has desaparecido en verano?Francisco: Bueno… creo que a ti te puedo contar la verdad, a ti es al único que debo pedir disculpas por desaparecer, siempre estuviste ahí. Lo que pasa es que me enamoré de Valeria, si, si, no te rías, ya sé que parecíamos hermanos, y la verdad que eso creía yo, hasta el día que me dijo que se marchaba, se me hundió el cielo en el pecho. No te rías Rubén, es la verdad, me enfadé mucho, tanto, que la llegué a odiar. El día que subió a despedirse la miré con todo el odio del mundo, no me arrepentí, me estaba abandonando, pero la cara que se la quedó, con esas lágrimas cayéndose por sus mejillas, pufff…, se me quedaron grabadas, llevo todo el verano intentando olvidarlas, intentando olvidarla, pero no puedo, cada día comprendo que la quería, la quiero y me resultará muy difícil olvidarme de ella. Rubén: Pero Fran, no os veíamos como a hermanos, os veíamos como novios, todos creíamos que lo erais, parece ser que el único que no se dio cuenta de ello fuiste tú.Francisco: …Rubén: Venga vamos, no llores, no soporto verte llorar, anda ven aquí.Rubén abraza a su amigo que se ahoga en su propio llanto. La tarde cae cristalina sobre sus cabezas, los últimos rayos de sol se asoman entre los edificios, Francisco llora hasta que la noche lo cubre todo de sombras, convirtiéndose en una más, sigue llorando durante días, semanas, hasta que se seca y no puede llorar más. Luego decide que el tiempo haga su trabajo y le ayude a olvidar. ¡Valeria! ¿Eres tú?Dieciocho años después. Francisco trabaja en una empresa de diseño gráfico, vive solo,  sale de vez en cuando con Carla, pero no son novios. Su madre murió hace cinco años, se siente solo en el mundo, los recuerdos de aquella amiga de su juventud regresan todas las noches a su cabeza. De Valeria no sabemos nada, desapareció de nuestras vidas el día que se alejó de Francisco. Es Octubre, viernes, llueve, Francisco ha salido del trabajo, está sentado en el sofá mirando el televisor, espera la llamada de Rubén que le diga si van a hacer algo especial ese fin de semana. Todo es triste, gris, el apartamento donde vive esta en penumbra, otra manía copiada de su madre.  Suena el teléfono. Francisco: ¿Quién?Valeria: Fran…Francisco: ¡Valeria! ¿Eres tú? Valeria: ¿Puedo subir a tu casa? estoy aquí abajo, necesito contarte algo. Francisco se asoma a la ventana del salón, emocionado, temblando, casi no puede tenerse en pie. A lo lejos ve una mujer delgada, alta, esbelta que le hace gestos con una mano y en la otra porta un teléfono, se da cuenta que él también tiene el suyo en la mano pero se ha quedado mudo, cuelga y hace gestos a esa mujer misteriosa del pañuelo en la cabeza para que se acerque. No puede creérselo, como un perro que espera a su amo se refugia tras la puerta del apartamento, cuando escucha el timbre su corazón salta, pega tal estallido que siente que sus costillas se han quebrado. Coge el telefonillo.
Francisco: Sube.….
Valeria: Estás igual Fran, no has cambiado nada, tienes la misma cara de niño que hace 18 años, y sigues igual de guapo.Francisco: Tú, tú, tú eres toda una mujer.Valeria: Vamos Fran, lo puedes hacer mejor.Esa broma ha roto la tensión que amenazaba con parar el corazón de Francisco. Se sientan muy juntos en el sofá del salón, Francisco abre las persianas, todo es luz, todo es igual, como si no hubiese pasado el tiempo. Cómplices de nuevo. No pueden dejarse de mirar a los ojos, se cuentan los años perdidos hasta que el silencio invade la habitación, sus labios, el mundo. ….
Francisco: Valeria, no sabes la de veces que he soñado que estabas aquí, sentada conmigo, y mira ahora, lo estas y no sé que decirte.Valeria: Lo sé, me pasa lo mismo, pero hoy quería decirte algo y no voy a dejarlo pasar como lo hice la última vez, Fran, he venido a quedarme contigo, sólo si tú quieres claro, también he venido a despedirme, mejor dicho, a decirte que un día no muy lejano me iré, te aviso, la última vez lo hice mal, no te dije que te quiero, porque aún te sigo queriendo. Creo…, no, se que eres la única persona que he querido, e hice mal ocultándote mi marcha, hice mal no haber preparado la despedida, y por eso estoy aquí Fran, vengo a avisarte que me iré, no sé muy bien cuándo, pero me iré, y me gustaría que estuvieras conmigo.Francisco: Espera… no entiendo nada, ¿Cómo que vienes a despedirte?Valeria: Sigues sin entender nada ¿Verdad, Fran? Siempre amé esa parte de ti, tan perdido en tu mundo que no ves ninguna señal a tu alrededor. Vengo porque te quiero.Francisco: Yo también te quiero, te quise y no te lo dije, y como tú dices nunca me enteré de nada, lo comprendí en el mismo instante que me dijiste que te ibas. Ahí supe que te quería porque se agrietó mi corazón. Pero… ¿entonces? ¿Por qué te despides?Valeria coge el extremo del pañuelo que lleva en la cabeza y se lo quita poco a poco, dejando a la vista su cabeza completamente rapada.
Francisco: ….Las lágrimas de ambos ahogan el silencio y apagan la luz de la tarde.
Valeria: La última vez no te dije que me iba a ir, si lo hubiese hecho igual hubiésemos sido sinceros y nos declararíamos los dos, porque los dos nos queríamos. Hoy vengo a decirte que un día me iré, no sé cual, pero quiero que lo sepas, necesito que lo sepas y también deseo que estés a mi lado, hemos perdido mucho tiempo. No hay vuelta atrás, lo sé, no podemos recuperar el mundo que dejamos escapar por el silencio de nuestros labios, pero podemos comenzar un cuento nuevo. No quiero penas Fran, quiero vivir, quiero convertirme en un paisaje bello para que lo recuerdes cuando yo no esté, porque yo te llevaré conmigo, junto a mi piel, siempre.Francisco: Te quiero Valeria, te quiero, te quiero, te quiero. No hables más, aunque no te lo creas lo he entendido. ¿Qué quieres cenar, o hacer? ¿Salimos?Valeria: Me gustaría ir a nuestro antiguo barrio, a la calle de la discoteca, en la esquina en la que te fuiste corriendo cuando te dije que me iba. Me gustaría besarte allí por primera vez, como tendría que haber sido. Allí donde nuestros caminos se separaron, olvidar todos estos años perdidos, seguir escribiendo nuestra historia desde ese punto. Quiero olvidar que ese fue el momento que dejamos de creer Fran. Cogidos de la mano, se levantan, no dejan nunca de mirarse a los ojos, brillan, flotan.  Los dos amigos reencontrados van en busca de sus primeros pasos, de su inicio de cuento, no van a permitir que el  final inminente les prive de algo que recordar, se construyen juntos y siempre mirándose a los ojos. 

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