Magazine

Relato del Libro Infinito

Publicado el 14 septiembre 2011 por Guchi77 @gustavomurillo7

De los inventosque se atribuyen a Tobar, sus Cartas (o Libro Infinito como él lo habíabautizado) fueron, en principio las menos populares. Hoy, en cambio, las Cartascirculan en Bermejo con tanta facilidad como en otro tiempo cambiaba de manosel dinero. Claro que el dinero siempre tiende a concentrarse en los bolsillosdel poseedor de manos especialmente afortunadas, en cambio estas son recibidasy leídas con una incómoda mezcla de curiosidad y rechazo. En el año milnovecientos cincuenta y cinco, cayó el gobierno peronista. La victoriosadictadura, entre otras tantas medidas draconianas, decretó la prohibición delibros en todo el país. Podrá pensarse que esa medida era del todo ajena aBermejo: Allí jamás había existido una librería. Se leía gracias al préstamo sistemáticode los pocos libros que se conseguían en los viajes a las ciudades cercanas,también se atesoraban los libros que los chicos podían robar durante su pasopor la escuela. Como concesión a la ficción, circulaban revistas de historietasy chismes. Los habitantes de Bermejo asumían su pobreza bibliográfica consarcasmo resignado. Sin embargo la noticia de la quema general de libros quehabía ordenado el gobierno fue recibida como una condena desproporcionada. Bermejosiempre aceptó su miseria gracias a la pertenencia a un país rico y endesarrollo al que el pueblo se integraría con el tiempo o por lo menos muchosde sus jóvenes emigrarían a las prosperas ciudades. La destrucción de loslibros era una de las primeras señales de que ese mundo soñado y esperadoestaba desapareciendo antes de ser alcanzado, disolviéndose entre humo ycenizas tal como los libros.La requisa de textosfue sencilla en el pequeño pueblo. Quienquiera que estudiase con una mínimaatención a sus vecinos podía darse cuenta si en tal casa había o no un libroguardado, era fácil deducir, incluso el género, calidad o cantidad de volúmenesposeídos. Los camiones del ejército recorrieron todas las calles en una solanoche recogiendo los libros que los vecinos debieron dejar embolsados comobasura en las aceras. Además, algunas casas fueron, por precaución, allanadas.Luego de ladestrucción de los libros Bermejo conoció una breve primavera religiosa. Lospastores repartían Biblias Reyna y Valera a granel: a sus acólitos y a lectorescon síndrome de abstinencia. Por la fuerza de la fe o por simpatía del gobiernolas Biblias circulaban libremente aunque el cura, burlado, se arrancase suscabellos y rasgase su  sotana durante sussermones solitarios.Relato del Libro InfinitoLas Cartasllamaron la atención del pueblo recién en esa época. Quizás ya se distribuíande mano en mano desde hacía años pero, gracias a la falta de competencia, seconvirtieron en la lectura obligada y hasta en el centro de las charlas.Siempre se habíaconsiderado que las Cartas eran el más intrascendente invento de Tobar. Solo unentretenimiento frívolo o supersticioso. Originalmente fueron presentados como22 panfletos o sueltos, sin título ni firma que narraban otras tantas historias,realistas o fantásticas. Tobar había presentado la idea pocos tiempo antes desu propia desaparición. Bermejo, –planteó- carece de libros. Los pocos quetiene solo podrían servir para reforzar la ignorancia de la región, conocimientosparciales que fomentarían la discriminación dentro del pueblo. En esos términosel problema no parecía tener resolución. El invento de Tobar fue, entonces, unasalida desproporcionada a un problema irresoluble. Crear un libro quecontuviese a todos los otros lejanos e ignorados libros. Veintidós relatosbásicos elegidos tomando como fuente las mejores historias, narraciones ochismes, que se contaban durante las noches, junto a los fogones de lasesquinas entre tabaco, y vino. Las historias recopiladas se transcribieron sinmención de nombres o lugares para que se mantuviesen siempre actuales. Todasjuntas daban cuenta de las pasiones del corazón de Bermejo, las pasiones son unfuego corto pero contagioso y recurrente, las historias tenderían a larepetición circular en su dimensión de relatos tanto como acontecimientosconcretos. Serian siempre una realidad actual en Bermejo y por lo tanto elLibro Infinito funcionaria como una máquina de movimiento perpetuo. No perderíavigencia, inspirando y reflejando el corazón del pueblo. Por otra parte, estosveintidós relatos conectarían a través de una intertextualidad nacida de lamiseria, de la más hambrienta de las imaginaciones, con el resto de los relatosignorados, vedados, en el pueblo. Tal como cada nueva pareja de enamorados seconecta con el resto de los amantes que han sido o serán, como todos losenamorados pueden sentirse en algún momento Romeo Y Julieta.Por último, las páginasdel libro no estaban organizadas en un volumen. Tobar buscaba evitar que lashistorias se estructuren en una serie cerrada de sentido. Las historias debíanser tan actuales y posibles como inesperadas y azarosas. No peldaños hacia el sótanode la culpa o la cima de la victoria de algún personaje. El concepto demoraleja es el óbolo que la literatura paga al barquero Caronte para podermorir en la paz de las bibliotecas. La obra debía ser abierta o no seria.Como el LibroInfinito no era formalmente un verdadero libro, las autoridades no se preocuparonpor destruirlo. Además, los bermejeños lo consideraban una feliz y entretenidaoriginalidad de la región. Leían, multiplicaban o versionaban copias de lashojas que se pasaban por bajo de las puertas (cuidando el anonimato porque eransiempre historias intimas) con orgullo folclórico. Los personeros locales delgobierno militar lo consideraban tan inofensivo como el paisaje o los platos regionales.Sin embargo, a través de las Cartas los chismes circulaban Bermejo como unapeste. “El Intendente engaña a su mujer con el Comandante”, “la hija del Comisariotiene relaciones con un miembro (en el texto algún lector subrayaba soezmente“miembro”) del Centro de Estudiantes”, “Por envidia asesinó a su propiohermano” Las autoridades trataban de hacer como si no ocurriese nada. Sinnombres propios no hay acusación formal posible. Todo queda en una merasospecha. Así se razonó hasta que una mujer descubrió que su marido violaba ala hija de ambos, tal como estaba narrado en la Carta quince. El hombre fuepreso y ella repitió a quien quisiera oírla que, como trabajaba todo el día, nopodría haberse enterado nunca de no haber leído ese relato.Como se hadescrito, las Cartas eran transcripciones de las pasiones de Bermejo, y estassiempre buscarían actualizarse. Poco tiempo después, el municipio entró enhuelga porque en ellas se decía que el Intendente estaba robando los aportesjubilatorios de los trabajadores municipales. En el diario Provincial se publicóun artículo en tono de mofa: “Un fantasma recorre Bermejo: el Fantasma de losChismes”. Dentro del pueblo nadie consideraba al Libro infinito como un simplechisme, todos confiaban algo en el o le tenían al menos afecto. Si esasveintidós historias eran la materia del corazón de Bermejo. ¿Quién podríaponerlas en duda?El gobiernoprovincial, entonces, decidió comisionar a un grupo de estudiosos de laFacultad de Letras para que recopile las versiones originales, -las escritas depuño y letra por Tobar- de las Cartas para así preservarlas en un salón de laFacultad. Se prometió a la gente que serían el orgullo del patrimonio culturalde la región, incluso de todo el norte del país. Luego de dos años de cotejar caligrafías,giros lingüísticos, calidad del papel y estilo, entre una montaña de versionesapócrifas, copias y falsificaciones. Se declaró públicamente que, hasta tantose construyese el museo para su exhibición permanente, se protegerían en el depósitode la Universidad las verdaderas páginas del Libro Infinito.A partir de ese díalas copias en circulación callejera fueron consideradas parciales, poco serias,difamaciones escritas por alguna oscura mano con aun más oscuras intenciones.Se trató de olvidar el concepto del Libro Infinito y se criticó dura ysistemáticamente los chismeríos divulgados a través de anónimos.Las Cartaspermanecieron ocultas por años en el depósito de la Universidad. Durante lasgrandes inundaciones del año ’71 fueron salvadas del anegamiento del sótano enque estaban archivadas y donde se hubiesen destruido. Fueron colocadas en unrincón de la Biblioteca de la Facultad de Letras. A pesar de que poco se hablabaya de ellas aún se las recordaba en algunas materias de la carrera de Letras.Se las consideraba una mezcla de tradiciones orales y plagios de relatoseuropeos traídos con la inmigración. Salvando las distancias de la prosa y delpapel, se las estimaba análogas a las coplas. Sin embargo, entre losestudiantes aun provocaban polémicas. Las agrupaciones políticas nacionalistas yde izquierda consideraban al Libro Infinito una herramienta política de laresistencia. Una sistemática denuncia contra la dictadura. No creían, sin embargo,en el concepto mismo de Libro Infinito ni en la existencia histórica de Tobar.Que las Cartas solo se mencionen luego de la caída del Peronismo, decían,prueba que fueron escritas por la resistencia a la dictadura. Panfletos sin unaideología política clara, manuscritos realizados por el hartazgo del puebloante la corrupción de sus gobernantes.Relato del Libro InfinitoOtros grupos,influidos por ciertas corrientes lingüísticas planteaban que eran unaherramienta que organizaba los cambios idiomáticos en la región. Habían sido producidospara ordenar, -postulaban- y darle sistematicidad a la violenta evolución del lenguajeen la época de las grandes migraciones. Las Cartas validaban las palabras y losusos, antes de que el periódico, la escuela y los militares tomasen ese rol. Lasnarraciones solo eran una excusa para ganar el interés del pueblo y orientarlo,educarlo, en la evolución de su lengua.Clubesestudiantiles influidos por la cultura beatnik consideraban el Libro Infinitocomo un sistema adivinatorio. Una versión rudimentaria del Tarot. Que losrelatos primigenios fuesen veintidós, como los arcanos mayores y que fuesenpopularmente conocidos como Cartas, les daba seguridad en su hipótesis. Veintidósrelatos que abarcaban simbólicamente las posibilidades vitales de un pueblodeterminado… proclamaban con fascinación. Suponían que el futuro de Bermejopodía incluso ser influido, orientado. Bastaría con ordenar las historiasformando con ellas un relato (un destino) venturoso y feliz. Otros proponíanque bastaba con darle un sentido único y oficial al relato. Si todos loslectores decodificaban un idéntico mensaje, este acabara por imponerse. Lacrítica podía ser una herramienta para normalizar las epilepsias del arte y dela historia.Una noche, un gruporadicalizado de estudiantes violó la entrada de la Biblioteca Universitaria,Tomaron los relatos guardados en una caja de cartón y dividieron cada hoja entres fragmentos. De esa forma obtuvieron sesenta y cuatro fragmentos (alparecer quemaron  dos papeles sobrantes)que introdujeron en un gran bolillero utilizado para tomar exámenes finales.Consideraban queasí conjugarían el Libro Infinito con el I Ching.  Construirían un oráculo de las pasioneshumanas y literarias. Quizás en realidad  intentaron alcanzar la historia única y finalque se escondía detrás de los sórdidos episodios de las pasiones de Bermejo, através de la unión automática de fragmentos de relatos. Sea por aficiónoracular o literaria, pasaron varias noches buscando fortuna hasta serdescubiertos. No se los castigó con la condición de que jamás diesen a conocerque las Cartas habían sido destruidas por el poco cuidado que se les habíadado.La historia,como era inevitable, se filtró fuera de los claustros rápidamente. Desdeentonces, en Bermejo circulan toda clase de relatos, denuncias y anuncioscomerciales que tratan de convencer al público amparándose en el prestigio delas Cartas que formaban el Libro Infinito. Se cree, además, que que losfragmentos fueron devueltos a Bermejo, sustraídos de la Universidad porestudiantes que los llevaron ocultos entre las páginas de libros tomados enpréstamo de la Biblioteca Universitaria.La reapariciónde las Cartas bajo la forma de notas guardadas en el interior de otros librosparece indicar que la máquina de Tobar aun funciona. Que quien la utilice osimplemente lea cualquier libro debería buscar en su lectura una pista sobre supropio destino o una acotación sobre el sentido de las pasiones de los hombresque lo rodean.

Volver a la Portada de Logo Paperblog