Reseñas 2015 (3)

¡Nueva ración de reseñas! Los dos últimos libros que he leído merecían ya una entrada donde comentarlos, especialmente el segundo del que hablaré luego. Había pensado en un principio traer esta entrada el pasado viernes, pero me ha costado tanto encontrar el tono de la entrada y saber qué iba a decir de ese segundo libro que me ha sido imposible. No hay problema: estreno mejor la semana así.
El primer libro que vengo a comentar es La mujer en la historia, de Eulalia de Vega. No hay mucho que decir de él: es un monográfico cortito donde describe las condiciones de vida de las mujeres desde la Edad Media hasta el feminismo a lo largo del siglo XX. El texto en sí es fácil de leer, mi única molestia o pega ha sido que la edición que tengo tiene columnas laterales en ambas páginas llenas de anotaciones que sirven como complemento al texto y que ralentiza y paraliza mucho la lectura. Para mí esas columnas estorbaban más que otra cosa, pero bueno.
El segundo libro que traigo por aquí y que va a ser el gran protagonista de la entrada es Ana Karenina, de Liev N. Tolstói. ¿Alguna vez os ha pasado eso de terminar un libro y no poder empezar otro porque el anterior sigue ahí, dando vueltas por dentro? Pues así ando desde que lo acabé, el 27 de febrero. Dios, qué pedazo de libro, qué pluma más buena, qué increíble ha sido la lectura. Un retrato sencillamente impresionante de la sociedad rusa de la época del autor donde, por más largo que sea el libro, no sobraba ni una coma a lo largo de la narración. Una novela donde ni siquiera las divagaciones más filosóficas se hacían pesadas y donde los dos protagonistas absolutos son Ana Karenina y Constantin Levin, ambos como contraste el uno del otro. Cuando a Ana le va bien, a Levin le va mal, y viceversa.
En realidad podría estar hablando aquí de ambos, del resto de personajes, tan bien desarrollados que cada uno tiene su historia, su personalidad y se les coge cariño. O podría hablar de un montón de escenas (la del principio, la declaración de Levin, la del teatro de Ana, el parto de Kitty, el final...) por el significado, por la escena en sí o por lo que me ha hecho sentir. En realidad hasta os podría pasar el enlace de la Wikipedia donde explica el argumento del libro, que da igual: aunque sepas lo que va a pasar merece tanto la pena la lectura que lo disfrutas tanto o más, incluso.
Debo hacer especial mención a un par de cosas. La primera, el final, por el que casi me pongo de pie en el tren para aplaudir a Tolstoi. La segunda, la edición tan sumamente buena del libro que ha hecho Austral para Kindle, con notas del traductor, información sobre palabras rusas que se conservan en el texto o expresiones y correctamente puntuado, sin faltas de ortografía. Un gusto, un placer a un precio que es, además, más que accesible (link aquí).
En conclusión, y por si no os habíais dado cuenta: lo recomiendo muchísimo, es un libro que hay que leer alguna vez en la vida. Creo que se ha convertido en uno de mis favoritos, visto lo visto.
Nos leemos en la próxima entrada, señores.