Revista Ilustración

Restaurando una silla

Publicado el 20 octubre 2015 por Irene @apfmhblog

Hace unas semanas por facebook e instagram pudisteis ver que me había llegado una silla completamente rota y la estaba restaurando. La silla era de unos clientes del constructor que nos arregla la casa del pueblo, él me llamó para ver si la podía restaurar y fui al día siguiente al pueblo a ponerme manos a la obra.
Ahora os voy a mostrar todo el proceso de restauración de este mueble. Empezando por cómo estaba la silla la primera vez que la vi.
Restaurando una silla
El daño principal son las patas rotas, a la pobre silla sólo le quedaba una en el sitio. También tenía una gran grieta en el asiento causada por una reparación anterior. El resto del mueble estaba en buen estado.
Lo primero fue quitarle el polvo y suciedad superficial con un trapo y un algodón mojado en una mezcla de vinagre y agua al 50%. 
Restaurando una silla
Pasamos a la grieta del asiento, esta zona de la silla había sido reparada anteriormente. Colocamos una tablilla de madera cubriendo toda la grieta por la zona de abajo del asiento y la fijamos con clavos a la vez que apretamos para juntar y reducir el espacio de la grieta y así no se abriera de nuevo. Por la parte del asiento tapamos con masilla el hueco que quedó, después de que seque pintamos la masilla con pintura acrílica para igualar los colores con los de la zona del asiento.
Restaurando una silla
Ahora pasamos al daño más evidente, las patas. Limpiamos las uniones de las roturas con el resto de la silla. Colocamos unos mechones para que la unión entre las patas y el resto de la silla sea más fuertes, reforzamos también con unos clavos después de colocar las patas en su sitio. 
Restaurando una silla
Algunas de las molduras de debajo del asiento habían resultado dañadas y faltaban algunos trozos. Como lo faltantes eran pequeños rellenamos las zonas con masilla y una vez seca tallamos dandole la forma que tenía anteriormente. Después con pintura acrílica igualamos el color.
Restaurando una silla
Finalmente le dimos una mano de barniz incoloro satinado a toda la silla insistiendo más en las zonas que habían sido pintadas de nuevo. Comprobé de nuevo que podía sentarme en ella sin que se rompiera, aunque es una silla que es preferible que se quede de decoración por la gravedad de los daños sufridos. La sillita quedó como nueva lista para volver a casa
¿Qué os parece la silla? Al verla no sabía qué pensar, me gustaba todo el trabajo que llevaba con la talla y la taracea, aunque no los motivos de animales. Era una silla rara pero bonita. Me gustó realizar este trabajo, sobretodo que pensaran en mi para hacerlo.
*Irene*

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