Reto del Juntaletras: el censor y los miedos

Reto del Juntaletras: dícese del reto organizado por Carlos J. Eguren en su blog. Consiste en escribir una novela o historia a lo largo de un año. Mi aportación al tema comienza aquí.

Si parte de la idea del Reto consiste en actualizar los blogs para contar progresos y avances con las historias y yo aún no he pasado de un puñado de ideas, una lluvia de ideas muy interesante y recopilar material antiguo para ponerlo al día pues se dice y punto. Es lo que tiene partir de una vieja idea como es en este caso Proyecto Armonía: sabes lo que hay ahí, sabes lo que quieres contar, pero tienes material de la última vez que te sentaste a escribir, toca mirar qué puedes rescatar, qué puedes reciclar y qué necesitas construir desde cero. Un proceso apasionante, pero creo que trataré de ahondar en él más adelante.
En vez de eso, en mi aportación semanal al Reto del Juntaletras esta vez voy a hablar de dos lastres poderosos, muy poderosos. Dudo que nadie que haya escrito no los haya sentido alguna vez, aunque sea de manera breve. Y como esto del Reto también va de enfrentarse a lo que nos impide escribir ahí va.
Primer lastre: el censor. Como Albanie bien explica en su blog, el Nido, en la sección del curso creativo que publica allí, qué es eso del censor os lo dejo por aquí:

"Todos tenemos un Censor. Entendiendo 'Censor' como todas aquellas cosas que nos frenan nuestras ganas de crear como locos, llamadlo sentido común o sensatez, pero está ahí, eso nos impide dedicarnos al 100% a nuestra actividad creativa, nos dice 'no tienes el suficiente talento' o 'céntrate en tus responsabilidades,no te entretengas con hobbies baratos, no tienes tiempo para ello'."

Como luego continua diciendo, la figura del censor puede ser incluso una persona, cercana o lejana. El resultado de esto siempre es el mismo, ya que el censor terminará siendo esa voz interna o externa que te criticará, cuestionará por qué haces lo que haces (escribir, crear esa historia...) y tu aptitud para conseguir tus metas, sean las que sean (en este caso concreto del Reto, teclear lo que tanto te apetece).
Segundo lastre: los miedos. Enlazando con lo anterior, con esa figura que impiden los avances está ese conjunto de temores que todos tenemos dentro y que pueden venir de la mano de dicho censor o no. Cada uno tiene muy claro qué miedos tiene por dentro, qué es lo que le hace pararse frente a las teclas, mirar la pantalla en blanco sin ver nada, no poner una palabra tras otra o no mostrar su trabajo.
Superar los lastres. Enfrentarse a este censor es una cuestión importante, pues, para poder avanzar con la escritura. Parte de nuestros bloqueos pueden venir sencillamente de esa voz que nos "ata" creativamente usando nuestros miedos como arma arrojadiza. ¿Cómo hacerlo, cómo vencerlo? No existe una receta mágica para esto. En realidad, lo del censor y los miedos es algo muy personal. En nuestro fuero interno todos tenemos esos sucesos que nos han marcado a lo largo de la vida y que nos han llevado al punto donde estamos cada uno en este momento.
Los miedos, quizá, es la parte más visible y tangible de todos los lastres que podamos tener, digamos que el censor es el altavoz a través del cual esos miedos se potencian. Enfrentarse a todo esto es una cuestión de confianza en nuestro trabajo, de hacer más ruido para tapar esas voces contrarias al progreso propio. Requiere un trabajo largo de autoconocimiento bastante importante para poder conocer tus puntos fuertes, los débiles para poder mejorarlos y hacer crecer nuestra confianza en el trabajo que estamos realizando.
Hay que tener muy claro algo sobre estos lastres: nunca vas a conseguir silenciarlos del todo. Como todo, irá por rachas y épocas, pero siempre habrá un momento en que aparecerán en tu vida para cuestionarte qué estás haciendo, por qué lo haces, por qué no estás avanzando como quisieras, etc. Ante esto, sabiendo que no vas a poder eliminarlos del todo, solo queda confiar de verdad en lo que haces.
Aprende, no dejes de hacerlo. Escribe, no te pares en el camino. Aprovecha cuanto aparezca por medio para extraer cuantas lecciones puedas y luego aplícalas. Lee mucho. Los típicos consejos que siempre se dicen en los blogs sobre escritura, sí, pero son los que te harán que cuando vengan a ti a intentar echar abajo el castillo de la autoconfianza puedas tener armas para repeler el ataque.