Revista Diario

Siendo Ministro

Publicado el 24 julio 2012 por Mamenod

Siendo MinistroHace unos días leí la carta emotiva y a la vez profesional que una madre enviaba a Gallardón con respecto a la modificación de la Ley del Aborto que tiene previsto llevar a cabo.Yo no me atrevería si quiera a escribirle algo tan directo a este señor porque estoy segura de que en las altas esferas nadie perdería el tiempo, ni siquiera el secretario del ayudante del asesor del ministro, en leer una misiva que llegara en nombre de una “mindundi “… no espera, ¿cómo nos llaman? Ah, sí, una “perroflauta” como yo. Lo que sí me gustaría decirle a quien quiera leerme es que a pesar del  estatus social, la situación económica y toda la parafernalia que nos separa, me he dado cuenta de que al Ministro de Justicia y a mí hay un matiz que nos une en un punto en común, un matiz leve pero tan importante que  a ambos nos convierte en seres privilegiados: los dos hemos tenido hijos sanos.No creo que haya nada en el mundo que supere esto que nos hace iguales al Sr. Gallardón y a mí, no creo que exista una lotería mayor y mejor premiada que la ecografía en la que un profesional te dice que todo va bien, que ese ser que crece dentro está preparado para enfrentarse con el mundo que le espera.Pero hay algo en ese ligero matiz que a él y a mí nos ha hecho diferentes. En mi caso, esa circunstancia me ha vuelto agradecida para el resto de mi vida, ha conseguido que nada tenga ya tanta importancia como ese momento junto a una máquina que te mira por dentro y un médico que sonríe. En cambio, parece que a este hombre, la misma circunstancia vivida le ha dejado insensible a la realidad de los demás.De todas las medidas tomadas en estos últimos tiempos por el Gobierno de España, creo que esta es una de las más crueles porque atenta directamente contra una situación tan delicada y tan tremendamente dolorosa que no me parece posible ni siquiera que alguien se la plantee.Cuando una mujer, una pareja o una familia se deciden por la interrupción del embarazo en un caso de enfermedad o malformación del feto, el momento que vive es dramático. No estamos hablando de una frivolidad ni de una decisión tomada a lo loco por una madre idiota, Sr. Gallardón. Este tipo de abortos se realizan en la mayoría de los casos desde el dolor más profundo y la decisión más dura jamás imaginada para una persona, cuando en una de esas ecografías de las que hablábamos el profesional que la hace ya no sonríe y el mundo de las ilusiones se desvanece con el terror de las pruebas y los diagnósticos que confirman que ese niño que sus padres esperaban no va a tener ni una posibilidad de vivir de forma digna. Por si acaso y para cerrar el círculo de la desesperanza, su partido ha recortado de una forma brutal la Ley de Dependencia que era una ayuda mínima pero necesaria para las personas que tomaban la decisión de seguir adelante con el embarazo.¡Ay, si fuera capaz de escribir esa carta y si Ud. fuera capaz de leerla! Cómo me gustaría recordarle que en la vida se puede estar seguro y a salvo de muchas cosas menos de la enfermedad y de la tragedia y que Ud. tiene cuatro hijos, lo que en esa familia modélica que defiende supondrá cuatro nueras y muchos nietos. Son demasiadas ecografías, Sr. Gallardón para estar tan por encima todo.Claro que, bien pensado, siendo Ministro ¿verdad?, siendo Ministro siempre se puede acudir a un país donde ustedes no gobiernen, con dinero público y en un avión privado.
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