SIN REMEDIOS Reseña

Sin Remedios tiene algo de cinematográfico, algo de historia pasada y contemporánea entendida como vivencia, mucho de leyendas, así como de clases de geografía e historia para curiosos de la cultura, o estudiantes, y en cuyas páginas vale la pena perderse porque el conjunto está perfumado por el inconfundible aroma del pan caliente.

Si bien en una primera lectura podría asimilarse a una saga de mujeres, paulatinamente, éstas sobrepasan las líneas y las trascienden por su espesura, rebeldía, y esa libertad a la que las de generaciones anteriores aspiraron y por las que respirarán las siguientes, escapando inclusive a las letras que las sujetan.

A los cinéfilos nos puede recordar Sin Remedios a esas cintas que se entrecortan en un punto y narran historias que en un principio nos resultan inconexas hasta encontrarles esa línea en la converge un todo. Como enAmores perros, o en -Vidas cruzadas-.

Si pienso en el cine también se debe a que su autor, Óscar león, ha decidido insertar en esta saga de Sin Remedios a personajes secundarios masculinos, Antón, Jaime, Clemente, Roberto, Alberto pero que no llegan a la altura de nuestras Remedios.

Martín, se nos presenta como la metonimia de Hárrison Ford, que va rodando y conduciendo su vida desde los parajes de una Castilla austera: Valladolid, hasta aparcar el coche en una Granada florida y nevada, ardiente de fríos orgásmicos tapizados de leyendas, letra incólume de una historia presente y pasada.

Turisteando, nos encontraremos con una testigo argentina cuya presencia viene a aunarse a la de nuestro pasado y futuro históricos, entremezclando dictaduras y memoria, para acabar su kilometraje ante el mar majestuoso de una Cartagena donde el destino le conducirá sin voluntad de elegirlo, hacia un azar lleno de buenos presagios.

Por ser Martín el epicentro masculino dentro de este universo donde la mujer parece ser la única que asuma su propio destino, empezaré por esas referencias al mundo del cine al que hace referencia. Son tres. Y esta trilogía es la que marca su trayectoria amorosa:
Blade Runner 1, Titanic, y No te mueras sindecirme a dónde vas. en la que se cruzará con Rosario, Nuria, (Marta), y Remedios.

La trilogía muestra las rupturas con su propia realidad y hacia dónde le han conducido llevándonos entre ficción, leyendas y poesías ante sus recuerdos y su presente haciéndonos sentir así, replicantes, náufragos, o espejismos de nosotros mismos.

Sin Remedios es la radiografía de varías épocas. Es presente, pasado, y un futuro con ese interrogante que nos desconcierta por resultarnos tan afín.

Es la autopsia de la crueldad de aquella guerra, con sus rencores hacia los rojos, asesinatos, fuga de intelectuales, represión hacia la mujer, hacia cualquiera que le hiciese sombra al régimen, con todos sus prejuicios, y un arrepentimiento tardío; perdones que llegaron tarde ante los aullidos de la memoria. Orfandad y golpes bajos, pero al mismo tiempo fuera de ese ostracismo, también es un canto a la vida y a la libertad, es huir de un destino que se nos pretende asignado.

Sin Remedios, más allá de un nombre es también sinónimo de aquella, y de esta, así como de venideras luchas, síntesis de una batalla contra lo que se nos tiene deparado como algo sin remedio(s) y frente a lo que estas mujeres se oponen desde que nacen.

Y aquí ya solo hablo como mujer...