Sobre días raros

Hoy nos hemos ido de vacaciones de primavera sin saber qué día tenemos que volver al curro.
En mi realidad paralela pueden decidir con una semana de antelación que te quitan días de tus vacaciones, y es legal. Resulta que ha nevado demasiado y ahora hay que recuperar los días que hemos perdido, pero como se huelen que nos vamos a poner todos malos a la vez pues están como que sí, como que no. Hoy se han reunido los listos que mandan para decidir y digo yo que en algún momento dirán algo. A mí por si acaso ya me duele la garganta.
Estas son nuestras vacaciones de primavera, no de Semana Santa, que quede claro. Igual que las de Navidad no son de Navidad, son de invierno, que estaría muy feo confundirse con estas cosas. Es la perfección en el arte de ser políticamente correcto: si no se puede celebrar lo de todos se le pone el nombre a los más neutral que se nos ocurra y arreando, todos contentos.
El tema es que hoy está siendo un día raro. Primero una compañera me ha dicho que la razón por la que todos los pirados blancos eligen un rifle de asalto para cargarse a cuanta más gente mejor es porque es muy fácil de disparar. Porque no es un tema de armas, es un tema de blancos pirados que usan las armas como no se tienen que usar. Luego también me ha dicho que cuando la guerra racial estalle en este país ella quiere estar preparada para proteger a su familia, y que por eso tiene armas en su casa. Lo peor de todo es que puedo entender que se sienta así, no hay más que ir por mi realidad paralela con los ojos muy abiertos.
Luego otra compañera, con la que no tengo casi relación, me ha regalado una petaca portátil para que en mis vacaciones puede pegarme los lingotazos que me dé la gana sin que se note. Se llama Flask2Go, y por 3 módicos dólares te permite llevar discretamente tu XXXXX a cualquier sitio: conciertos, eventos deportivos, camping y aburridas clases universitarias (lo pone así en la caja). Hace muchos años que no me tomo un cubata, a mí me molan más las cervezas y los mojitos.
Y ahora me acaba de llamar un tipo a las nueve y veintitrés de la noche para ofrecerme una super oferta de esas de avión, más hotel, más coche, que no se puede rechazar justo cuando empiezan las vacaciones. La he rechazado y me ha respondido literalmente: "te quiero, te quiero, te quiero, te quiero". Me voy a la cama, que esto tiene toda la pinta de acabar muy en alto y yo ya no tengo cuerpo.