Sobre niños, perros y gatos

Sobre niños, perros y gatos

12 de febrero de 2013 by Papá Digital

Que la presencia de perros y gatos en casa cuando tenemos un recién nacido no es un problema queda constatado por el estudio Lifetime dog and cat exposure and dog- and cat-specific sensitization at age 18 years. No sólo no es un problema, sino que se puede apreciar que recién nacidos que conviven con mascotas, en el estudio perros y gatos, muestran una menor riesgo de ser sensibles a los animales con los que convivieron.

Foto de Jean in TX distribuida con licencia CC-BY-NC-2.0

Comento en primer lugar el estudio, por que a pesar de que quienes convivimos con animales en casa eso lo intuíamos, parece que un estudio científico es mejor referencia para que otros papás y mamás pierdan el miedo a que sus perros o gatos les causen algún tipo de alergia a sus bebés.

Cuando nació nuestra hija mayor no teníamos ni perro ni gato y dudábamos de que fuera conveniente, mi chica era alérgica a los gatos y reaccionaba mal hasta cuando estaba con alguien que anteriormente había estado en la misma sala que un gato. Pero hace dos años decidimos adoptar dos cachorros nacidos de una gata callejera. No era un acto de inconsciencia, sino que hace cinco años cambiamos radicalmente nuestros hábitos alimentarios, prestando mayor atención a aspectos nutricionales y de calidad de los alimentos, que hicieron que, entre otras cosas, su alergia a los gatos disminuyera a niveles razonables. Y desde que están los gatos ha desaparecido.

Pero la cuestión es que pasa en la relación gatos-bebés. Siempre que cuento el parto de los mellizos me olvido de decir que nuestros dos gatos también estuvieron en el parto. No se interesaron por ellos hasta pasados un par de día que volvieron a nuestra habitación y los vieron y olieron, pero después no les han hecho ni caso. Son los mellizos los que alucinan cuando los ven y les encanta tocar su pelo.

Realmente el interés de los gatos respecto a los mellizos sólo pasa por estar atentos cuando los cogemos de la manta de actividades para ir a tumbarse donde antes estuvieron ellos o esconderse bajo nuestra cama para cuando dejemos a los mellizos durmiendo, dormir entre ellos.

A corto plazo, para los mellizos los gatos supondrán un estímulo en el desarrollo motor. Me se de uno que ya está ensayando el gateo para ir tras ellos. A largo plazo y en el presente para nuestra hija mayor supone un aprendizaje en el campo de la responsabilidad y el respeto. A nuestra hija mayor le explicamos que los gatos en casa dependen de nosotros para alimentarse, por lo que hay que estar atentos a si necesitan comida y ponerles agua. Le obliga, a nuestra hija, a adquirir una disciplina y una responsabilidad a su medida. Y el respeto es algo que tiene muy claro entre humanos, pero con los gatos es algo que aún tenemos que trabajar un poco más, le encanta jugar a perseguirlos y asustarlos por toda la casa.

En resumen, creo que observando unas normas higiénicas básicas, como no permitir el acceso de los más pequeños al arenero, los gatos, también los perros, son una compañía que puede servir para estimular y educar a nuestros hijos.