Soledad pegajosa
que no respeta
al poderoso.
Soledad tramposa
que se esconde
de día
y asalta de noche.
Soledad
que impregna
todo
de un vacío
angustioso.
Soledad
que se queda
a vivir silenciosa
entre manteles de lino
o en sencillas sábanas.
Soledad sigilosa
que atrapa
los sentidos
y el habla.
Soledad
que se instala
cual oronda
señora de casa.
Soledad
tan humilde
que acompaña
sin hacer diferencias.
Soledad
que hiela el aire
de ricos palacios
y de pobres casas.
Soledad
llega presta
al llamado
del alma.