Me gusta recordar la nochebuena como el evento singular de cada año. No existe noche como ella. Por eso me gusta reservar los dulces de Navidad para esa cena, ni antes ni después. Asi preservo la magia.
Si, además, preservo mi barriga, pues aún mejor. ¿Vamos a salir a trabajar al monte en invierno como nuestros abuelos? ¿No? ¿Entonces para qué cargarse de calorías? ¿Para disfrutar de la siguiente dieta milagro?