Texto original escrito por Ana. Sígueme en Twitter.
Con mucha alegría les comparto que he cumplido la meta número 2 de mis 30 antes de 30 VISITAR EL MUSEO SOUMAYA en la Ciudad de México.
Yo en el exterior del Museo Soumaya 25/03/2012
El arte es un componente vital de mi vida y por eso procuro asistir a conciertos, exposiciones, cine, teatro, leer, practicar fotografía, asistir a conferencias lo más frecuentemente posible. Aquí les va un dato curioso sobre mí: antes de estudiar nutrición, mi primera orientación profesional fue hacia el arte, estudié Historia del Arte y trabajé algunos años coordinando colecciones de arte latinoamericano, dando clases y en una galería de arte contemporáneo. Qué tal su Coach estuche de monerías, ¿eh? 
Por razones que ya les platicaré algún día, mi vida cambió, descubrí mi pasión y di un giro profesional y personal que me ha llevado hasta donde estoy ahora. Más que a lo que me dedico profesionalmente, lo que me llena de satisfacción es que me dedico a ser yo misma.
Cada vez que voy a mi amada Ciudad de México procuro visitar algo de su amplísima oferta cultural, y desde que se inauguró el nuevo Soumaya tenía muchas ganas de volver a ver la colección, pero ahora más completa, conocer su propuesta arquitectónica, museográfica y curatorial.
Cuando visiten el museo les recomiendo empezar de arriba hacia abajo, iniciando con la colección de esculturas de Rodin, Claudel, Dalí y continuando con el recorrido por la historia del arte del siglo XX hasta el arte prehispánico.
Galería superior del museo.
Recorrer un museo es un paquete completo: aprecias el arte mientras haces ejercicio caminando el recinto, jeje.
Además del Soumaya, quiero platicarles del restaurante al que fuimos a comer después: DULCE PATRIA un lugar FA-BU-LO-SO. La propuesta es cocina mexicana contemporánea inspirada en los sabores más típicos de la comida urbana popular. La presentación, el servicio, los aromas, sabores, texturas, colores, todo se suma a una experiencia sensorial total.
Para que se les haga agua la boca, entre los platillos de la mesa: sopa de flor de calabaza con tamal de hoja santa, quesadillas de flor de calabaza con piñones, enchiladas con mole mancha manteles rellenas de plátano macho, huachinango en salsa de dos chiles, sopa de frijol con foi gras.
Las bebidas divinas llenas de flores comestibles. La mía fue una margarita de guanábana.
De postre la casa ofrece variedad de dulces mexicanos, pero además pedimos un especial de temporada: Creme Bruleé de Mamey… ¡wow! Para una fan del mamey como yo fue HEAVENLY.
En fin, si gustan de disfrutar el arte de la gastronomía, Dulce Patria es AMPLIAMENTE RECOMENDABLE.
¿A ustedes les gusta el arte? ¿Forma parte de su vida?
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