Subiendo pisos

Al nacer, nos instalamos en el bajo del edificio de nuestras vidas.
Van pasando los años, y vamos iniciando el ascenso, pasando por todos los pisos. Primero, segundo, tercero...
En ese discurrir del tiempo, en el proceso de esa subida gradual vamos obteniendo mejores vistas, una mejor perspectiva desde la ventana de nuestra mirada, pero el riesgo de caer acompaña a la subida.
En los primeros pisos el peligro de caer no supone un gran problema, pero a partir del cuarto hay que manejarse con algo más de prudencia, mejor no asomarse alocadamente, para poder seguir alcanzando el siguiente piso, aunque jamás se olvide aquel tiempo en el que vivíamos en el bajo, grabado con fuerza en nuestra memoria.