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Súper juguete

Publicado el 19 noviembre 2014 por Orperedas

Súper juguete

Para la imaginación de un niño de siete años cualquier objeto puede convertirse en algo que no es; una escoba bien puede ser la guitarra eléctrica de una súper estrella del rock, un bate de baseball, una súper pistola de rayos laser y, el plato de la comida del perro, la nave espacial de un extraterrestre, o bien, el birrete de gala de un soldado para un desfile.

A mis siete años un juguete se convirtió en toda una obsesión: quería tener uno, como cualquier niño de mi edad, y no se trataba de algún aparato capaz de autotransformarse en tres o cuatro cosas fabulosas y distintas a la vez, era tan solo un sencillo plato redondo plástico, que había que hacer girar sobre la punta de una varilla del mismo material.

El furor por aquél tan particular y simple juguete nos llegó de la mano de una pareja de españoles que se apoderaron de los programas radiales de corte infantil a principios de los 80s, cantando y jugando con nuestra imaginación. Una canción bastó para que, niños y niñas, cambiásemos las pelotas, carritos de bomberos, muñecas y hasta un completo set de cocina por pasar horas enteras intentando hacer girar el Súper Disco Chino.

La euforia se apoderó de nosotros cuando en la televisión se anunció la película Las Aventuras de Enrique y Ana, y los niños abarrotamos las salas de cine, y después las jugueterías para adquirir aquél particular juguete.

Súper juguete

La idea era simple, colocar el disco sobre la punta de la varilla y realizar movimientos circulares con ésta, hasta que el disco adquiriera la suficiente velocidad para que girase por sí mismo, pero aquello no resultaba tan fácil como lo prometían Enrique y Ana en sus presentaciones de televisión. Fueron muchas las horas que pasé intentando conseguirlo. No lo logré, aunque descubrí que podía hacer trampa colocando el centro del disco sobre la punta de la varilla y luego lo hacía girar con la mano, logrando el resultado, aunque tenía que repetir la maniobra cada diez o quince segundos, cuando el disco caía al suelo.

No hubo niño, adolecente, joven y hasta más de un adulto que intentase hacerlo girar, era tan fácil o difícil, según las destrezas de cada quien, que poco podía hacerse para resistirse ante tan sencillo modo de entretenimiento.

Aquél disco captó tanto nuestra atención que cadenas de comida rápida, heladerías y hasta una bebida en polvo, con sabor a frutas, lo vendieron, canjearon y regalaron.

Dado que fui uno de aquellos que no logró dominar la técnica del Súper Disco Chino, aquél se convirtió para mí en muchas cosas: un platillo volador, un sombrero, una antena parabólica, la cúpula de algún recinto que lo mismo podía ser un teatro, un estadio de fútbol o la cubierta de la piscina de un excéntrico magnate del mundo de los negocios, o bien una tina de baño giratoria para gatos.

Aunque hoy podemos apreciar grandes trucos circenses en los que jóvenes acróbatas orientales nos maravillan con su destreza para hacer girar varios discos a la vez, mientras realizan actos de equilibrio, para los niños de mi generación esos discos siempre nos remontarán a la hermosa época de nuestra niñez, cantando y jugando y jugando con Enrique y Ana al ritmo del Súper Disco Chino.

Biografía de Enrique y Ana


Súper juguete

Enrique y Ana fue el nombre del dúo español de canciones para niños, formado por Enrique del Pozo Parrado (20 años) y Ana Anguita Shivers (8 años) en 1978.

Enrique nació en Madrid el 22 de mayo de 1957. Inició su vida artística en el teatro, actuando en la obra El Cartero del Rey de Rabindranath Tagore, cuando tenía trece años. A los dieciséis obtiene una beca para estudiar arte dramático y baile en Londres, donde colabora en un pequeño papel en la película Mahler, de Ken Russell. Al año siguiente viaja a Italia donde actúa en la obra teatral La Zia Nera. Un año más tarde (1976) vuelve a España para trabajar en el Teatro de la Comedia de Madrid.

Contaba Enrique con apenas diecinueve años y una prometedora carrera en el mundo del teatro cuando da un salto hacia el mundo de la música luego de escuchar y aceptar una propuesta de sus personales amigos Lucía y Miguel Bosé, cuya idea era grabar un disco con canciones para niños. El disco se graba en 1977 con el título Muy pronto hay que triunfar, que incluía una canción ( Furia) en la que Enrique debía cantar junto a una niña, para lo cual deciden realizar un pequeño casting para seleccionar a la pequeña que, además de cantar, debía bailar junto a él en algunos programas de televisión. El resultado de la búsqueda da con Ana Anguita.

Ana nació el 2 de noviembre de 1969 en Madrid. Es la única hija del matrimonio entre un profesional español y una actriz británica ( Ana Shivers).

Cuando Enrique del Pozo y sus amigos los Bosé, el productor musical Gino Landi y los directivos de Hispavox buscaban a la pequeña que cantase junto a Enrique, Ana Shivers presenta a su hija en el casting y todos quedan maravillados con las dotes artísticas de la pequeña Ana. Graban la canción y presentan el disco en el programa de televisión de José María Iñigo, donde también participa Ana, número que gusta al público.

Ana graba en 1978 un sencillo con la canción La gallina co-co-ua que cala en el gusto de los radioescuchas. Los Directivos de Hispavox deciden apostar por la unión de Ana y Enrique, y es así como deciden unirlos para conformar el dúo más famoso de canciones en español para niños: Enrique y Ana.

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Ese mismo año sale al mercado el primer álbum de Enrique y Ana, titulado El disco para los pequeños, con dieciocho canciones, entre las que se incluyeron algunos de los sencillos grabados por ambos en solitario, además de algunas canciones escritas por el propio Enrique. Las canciones más sonadas de este disco fueron: Tenía un gato negro, Viejo y sesentón y las ya conocidas La gallina co-co-ua, Charlestón ( Ana) y Muy bien Tomás ( Enrique).

El éxito es inmediato e Hispavox decide contratar a compositores como Manuel Alejandro, Juan Pardo y José Luis Perales, para que escriban canciones, junto a Enrique, para el nuevo LP de Enrique y Ana, titulado Canta con Enrique y Ana, editado en 1979, producción que batió los records de ventas en España (500.000 copias en formato de LP y cassette), y que les abrió las puertas del mercado latinoamericano, llegando a vender poco más de 2.100.000 copias, entre España y América Latina. De este disco se promocionaron Baila con el hula hoop, En un bosque de la China, Garabatos, La yenka y Madre.

El tercer disco del dúo sale al mercado en 1980 bajo el nombre de Multiplica con Enrique y Ana, una producción dedicada por completo a las tablas de multiplicación que a la mayoría de los niños dan que hacer. Este álbum no logra las exorbitantes cifras del anterior, pero consigue que los niños aprendan a multiplicar, cantando y bailando al ritmo de un tango, un corrido, un rock'n roll, un vals y hasta un mambo. En este LP se incluye la canción Mi amigo Félix, que se convertiría en su mayor éxito, un homenaje al desaparecido naturalista Félix Rodríguez Fernández.

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1981 llega con la propuesta de filmar una película titulada Las Aventuras de Enrique y Ana, en la que el dúo protagoniza una sencilla historia en la que se ven enredados entre los muy particulares inventos del abuelo de Ana y un malvado Conde que desea apropiárselos. Durante esta película cantan doce canciones que luego se convertirán en su cuarto disco, titulado con el mismo nombre de la película: Las Aventuras de Enrique y Ana (BSO), que es editado a finales de ese mismo año.

Fieles a su costumbre de grabar un disco por año lanzan en 1982 Para nuestros amigos, una producción que no gozó del éxito de los álbumes anteriores, debido en parte a que ésta fue una producción en la que la mayoría de las canciones son covers de otras agrupaciones españolas que cantaban a los niños. Sólo tres canciones destacaron de este LP: La canción del panda (por la llegada del primer oso panda al Zoológico de Madrid), Si quieres ser campeón (alusiva al Mundial de Fútbol que se realizaba ese año en España) y Donde estás E.T.?, sencillo incluido como bonus track.

La última producción de Enrique y Ana se edita en 1983 bajo el título Grandes y Pequeños, que incluye su canción de despedida, misma que interpretan en diciembre de ese año en el programa Uno, dos, tres, en el que anuncian, sorpresivamente, su separación.

Enrique grabó algunos discos en solitario, tanto con canciones para niños como para adultos, pero no logró obtener un éxito cercano al alcanzado junto a Ana. Ella por su parte se retiró del espectáculo para dedicarse a la informática y las telecomunicaciones, renglón en el que continúa trabajando hasta la fecha.

No cabe duda de que, más allá de las críticas a su trayectoria, se convirtieron en un referente de la alegría infantil de al menos dos generaciones que escuchamos, cantamos, jugamos y bailamos al ritmo de sus canciones que, incluso hoy, treinta años después, son capaces de hacernos reír, cantar, bailar y gozar como en aquellos días.

Comparto ahora con ustedes el fragmento de la película Las Aventuras de Enrique y Ana en el que interpretan Súper Disco Chino, video en el que podrán conocer o reconocer (según sea el caso) ese sencillo y divertido súper juguete.



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