Revista Talentos

Surrealismo

Publicado el 16 agosto 2015 por Isabel Topham
Siempre me han llamado la atención en clase, por no atender a las explicaciones del profesor ni enterarme a la primera. Me gustaba evadirme, y hacer más caso a mi propia imaginación que a una clase que, yo pensaba olvidar una vez pasada la fecha del examen. Era extraño, una sensación tan deseada por mí pero sin llegar a quererla en aquellos momentos. Me insta aprender cosas nuevas, y en cada una de ellas veía una oportunidad única de presentar cualquiera de mis ideas. No tengo problemas, simplemente que me gusta crear cosas y aquello que pudo suponerme un problema en el instituto, a día de hoy la considero una solución. Al fin y al cabo, mi idea de vivir es vivir de mis ideas.
Nunca he entendido porque no puedo pensar que algún día construiré un edificio entero, sin ni siquiera pedir prestado el cemento. Toma este ejemplo como una metáfora, ya que al menos es una definición simplificada de lo que te quiero demostrar. Nadie me entiende cuando les hablo de que no quiero trabajar si no es por voluntad propia, o les digo que en mi vida voy a buscar trabajo; y, al mismo tiempo, les suelto con que tener trabajo es muy sencillo. Muchos me dicen que no, que me equivoco… pero, en cambio, no me dan la solución, y me dicen seguidamente, que no lo entiendo porque aún no he madurado. Otros, se ríen de mí por pensar como pienso; llamándome a su vez, inmadura, loca o tomándome por idiota. En definitiva, todos me dicen que si de verdad quiero conseguir lo que quiero, al plantearme las metas de mi vida tengo que pensarlas con los pies en el suelo. Que aterrice.
En cambio, mi cabezonería me dice que siga pensando igual y los intente convencer de lo que estoy 100% segura, y no sé si es un defecto o una virtud. No me doy por vencida, y les nombro siempre a quienes en su tiempo se les tachó de locos e insensatos y a día de hoy, sus nombres juntos con sus inventos forman parte de la historia. Inserte en esta línea el nombre del primer genio que se te ocurra. Me ponían en evidencia siempre que me comparaban con algún compañero y/o amigo al decir "tienes que aprender más de él/ella" y yo, volviendo los ojos en blanco, me iba de allí pensando siempre "lo siento, si no te gusta mi manera de ser pero no pienso ser como él cuando él puedes ser mejor que yo en esto que me estás comparando y peor que yo en aquello otro". No te dejes influenciar por nadie, ni permitas que te digan lo malo que eres cuando ni siquiera se han limitado a observarte en tu mejor habilidad.
Para hacer cosas enormes hay que pensar a lo grande.

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Sobre el autor


Isabel Topham ver su blog

El autor no ha compartido todavía su cuenta El autor no ha compartido todavía su cuenta

Sus últimos artículos

Revista