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Tengo algo que contar...

Publicado el 20 noviembre 2009 por Yopo
Tengo algo que contar...Siempre he creído que tener un blog te enriquece, ya no por lo que puedas experimentar y aprender, sino porque persigues en todo momento tener algo que contar. Y cuando necesitas expresarte, comunicar, y regalar al mundo tu perspectiva de la vida, tus opiniones, tus inquietudes y deseos, te fijas más en tu alrededor. No sólo vives y dejas vivir, sino que reparas en cada cosa, te percatas de los detalles que el día a día no nos deja ver, te paras un segundo a reflexionar ante el constante caminar de la gente, para darte cuenta que detrás de cada rostro se halla una idea, detrás de cada puerta hay un recuerdo, detrás de cada gesto subyace un sentimiento, y detrás de cada persona se esconde una historia que contar…
Quién tiene un blog, tiene una herramienta inigualable de darse a conocer, de mostrar y recibir a partes iguales, tiene una vía de expresión muy distinta a la de la realidad. Ahí esta la gracia de todo esto. Pero el que tiene un blog, también tiene una responsabilidad al fin y al cabo. Tiene la necesidad de plasmar lo que le rodea en forma de entrada, y por ello, allá donde vayamos intentamos buscar la inspiración para un post. Al menos, esto es lo que a mí me pasa.
Un blogger sale de casa a realizar sus tareas diarias, y también a la caza de una buena historia, una reflexión trascendental, una imagen que le inspire una crónica, un chisme interesante para la comunidad.
En mi caso concreto, la mayor parte de las veces se me ocurren las cosas en el momento más inesperado. Por eso dispongo de distintos métodos para retener un tema, y posteriormente escribir sobre él. Las notas apuntadas en el móvil funcionan muy bien cuando una avalancha de ideas te asalta en plena calle. Si las musas te pillan en casa, apunto mis esbozos en un documento de Word para posteriormente darle forma de post. Siempre están los momentos de arrebato, en los que escribes sobre lo primero que se te pasa por la cabeza, le das a publicar, y compruebas que ese día la inspiración estaba de tu lado. O no.
Y es que una entrada pueden nacer en cualquier momento, en cualquier esquina: Ves una situación que te hace sonreír, y piensas que sería un buen tema sobre el que escribir. Escuchas una canción que te pone los pelos de punta, y sientes que tienes que ponerla en el blog. Tienes una experiencia fuera de lo común, y tienes la necesidad de contarlo para que los demás puedan vivirla algún día. Lees una noticia, y se te enciende la bombillita para comenzar un relato sobre la vida, el amor o la muerte. Una película, un libro, un llanto, una mirada que te llega al corazón para quedarse a vivir en él, y te falta tiempo para ir a escribir, publicar y compartir.

En definitiva, buscas asimilar el mundo a cada instante, retenerlo, desmenuzarlo, perpetuarlo en forma de escrito, y devolverlo de nuevo al mundo tras pasar por el prisma de tus ojos, de tu experiencia personal, de tu vida… ¿Y por qué lo hago? Porque lo necesito, y
porque tengo algo que contar…

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