Revista Literatura

Teo

Publicado el 17 mayo 2016 por José Ángel Ordiz @jaordiz

Tan flaco está Teo -Teófilo Marqués, estudiante de Bellas Artes, secretario segundo de este blog- que parece desnutrido.

-Pues siempre deja el plato rebañado.

-Lo sé, Blanca, lo sé. Y no son escasas las raciones con que nos cebas, qué va.

-No aclaras lo de...

-Ah, sí, gracias, Blan... ¿Eres Blanca?

-Sí, ¿no me ves?

Antes de entrevistar a Teo, debo aclarar que, tras una reunión en la superpoblada secretaría de este blog, acordamos, por mayoría simple, lo siguiente:

  1. El jefe: yo (o aquí se acaba el invento).
  2. Secretario primero: Rogelio el ciego (ya estaba allí cuando desperté).
  3. Secretario segundo: Teo (no estaba allí cuando desperté).
  4. Secretaria primera: Blanca (cocina muy bien y abundantes son las raciones que nos sirve).
  5. Secretaria segunda: Irina (compréndelo, mujer, no te pongas así).

De cierta gravedad fue el garrotazo que recibí del ciego y variadas fueron las palabrotas de la ucraniana radiactiva, cómo domina el español, qué arte el suyo, con qué salero y creatividad insulta, así da gusto. Nada de lo anterior consta en acta. No obstante, y para que nadie se llame a engaño, el garrotazo de Rogelio no iba destinado a esta testa mía, sino a la de Teófilo Marqués (un error lo tiene cualquiera, más o menos invidente; también dos y etcétera, pero no fue el caso).

-A ver, Teo, desembucha, cuenta.

-Protesto. Rogelio no hace nada y...

-El ciego cumple órdenes, le pago para que meta ruido cuando se acerca a mí por la espalda, no vaya yo a diñarla de un susto, y no haga nada más que eso. Además, el mismo sueldo cobráis los dos y ya protestaste en la reunión, mira cómo tengo la cabeza por tu culpa, desgraciado.

-Si usted se hubiera apartado a tiempo, como hice yo...

-Si tú no hubieras protestado sin razón alguna... Bueno, venga, háblanos de tus padres.

-No tengo. Huérfano primero de padre y después de madre.

-Córcholis, como Irina. Desde luego, qué poca imaginación tienen los ríos que nos llevan.

-¿Los ríos? Qué ríos.

-Las vidas, hombre, las vidas. Nuestras vidas son los ríos y todo eso de las coplas de Jorge Manrique, ¿no te suena?

-Nuestras vidas no son ríos, señor José.

("A este pobre hombre lo estamos perjudicando mucho, no va a tener ningún remedio lo suyo, ni bueno ni malo, cuando los loqueros puedan hacerse cargo de él")

-En fin, dejemos la poesía para los poetas. A ver, a lo nuestro...

("¿Y qué le pregunto yo a este pobre muchacho o, hablando en plata, a este merluzo integral?")

-A ver, Teo, concéntrate. ¿Tienes novia o novio?

-Ni carne ni pescado, señor José. Me gusta mucho la carne, pero...

("Desgarbado, con esa nariz del torero Manolete o del actor Adrien Brody, con ese pelo de esparto...")

-¿Virgen aún, mi querido Teo?

("¡Anda la hostia, qué pregunta, para merluzo del norte yo!, y menudo ceporro él si me sigue la corriente siquiera con una mentira, lo que suele responderse cuando alguien plantea interrogantes de este estilo")

-Sí y no.

-¿Cómo dices, muchacho?

("Qué mira y mira en la mano abierta como si estuviese leyendo las líneas de la palma")

-Oficialmente sí; oficiosamente, por culpa de esta mano y a veces de la otra, no.

("Pero qué... Ah, sí, claro")

-Oficial y oficiosamente, muy bueno, Teo. Tienes futuro, muchacho, tienes futuro, no te achiques nunca y ya tendrás medio futuro conquistado. El otro medio no sé, no quiero darte falsas esperanzas.

("Me apiadaría de mis dos secretarios si ellos se apiadaran de mí. Con todo, procuro tratarlos bien, qué menos. Salvo cuando me sacan de quicio o de mí se burlan o pretenden burlarse, que a mí, por las malas...")

-¿No me nota usted como preocupado?

-¿Por el resultado de esta entrevista?

-Qué va, el resultado de esta entrevista me la suda. Estoy preocupado porque mañana...

-Cuenta, cuenta, comparte con nosotros tus preocupaciones, a lo mejor podemos ayudarte.

-Estoy muy preocupado porque mañana, en clase, tendré que dibujar a mano alzada.

-¿Sombras proyectadas?

-No, no. Un cuerpo.

-¿Un qué?

("Y el caso es que yo juraría que ni Teo ni yo hemos probado hoy el anís La Asturiana, ayer si nos agradó con su presencia, pero hoy...")

-Un cuerpo. El cuerpo de una mujer desnuda, de una modelo contratada para que pose mientras nosotros... Y suspenso, directo para septiembre, como me salga mal el boceto, no van a estar pagándole a la modelo días y más días con lo que ella cobra cada vez que se desnuda en Bellas Artes.

("¡Eso sí que son estudios, en qué estaría pensando yo cuando me dio por los átomos y los laboratorios!")

-¿Con lo bien que dibujas tú? ¿Ya te estás achicando, es eso?

-Me temblará la mano, señor José.

-No me fastidies, hombre, mujeres desnudas sí habrás visto.

-Oficiosamente, en revistas y pelis, sí, claro, pero oficialmente... Para mí tengo, señor José, que me temblaría menos la mano si...

-Si qué, cuenta, cuenta, a lo mejor podemos ayudarte.

-A eso voy, a eso. Pero temo...

-Tranquilo, muchacho, no temas.

-Si pudiera ensayar antes... Hoy, aquí mismo, en confianza...

-¿En confianza? ¿Aquí mismo? ¿Hoy?

-Usted no me sirve, a mí los hombres desnudos no me hacen efecto, pero si ella se desnudara y posara para mí en posiciones comprometidas una media hora o más, si ella, si...

("Quién sabe, igual pica este pobre hombre, como está tan mal de la cabeza...")

("¡Será hijo de...!")

-Entiendo. Quieres que Blanca...

("Yo creo que picó el pirado este; tienes futuro, Teo, ¡vaya si lo tengo!")

-No, qué va. Para mí tengo que me haría más efecto, que ensayaría mejor, si fuese Irina la que...

-Ya... Pues sí, coincido contigo, muchacho. Poco tiene Blanca que envidiar a Irina, es considerable su belleza morena, pero donde esté la rubia ucraniana...

-Usted sí que sabe, señor José.

-¿No escuchas el estridor de una sirena? Juraría, mi querido Teo, que es el de una ambulancia acercándose.

("Pobre hombre, qué pena me da, ya oye y ve lo que no existe, como le sucedió a Sancho Quijote, ese señor que nació en Portugal y enfermó del tarro por leer muchos periódicos, a quién se le ocurre leer tanto")

-No, la verdad. La oirá usted debido al garrotazo de Rogelio.

-Podría ser, sí, si para mí no tuviera, al igual que para ti tienes lo tuyo, que solo me estoy adelantando al futuro unos minutos; será un estudiante de Bellas Artes al que esa ambulancia vendrá a buscar con la urgencia debida.

TEO

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Sobre el autor


José Ángel Ordiz 453 veces
compartido
ver su blog

Revistas