Revista Diario

Timidez: qué es y cómo sobrepasarla

Publicado el 19 marzo 2014 por Alxndro @al_x_ndro

Nota: este artículo surgió de los comentarios que algunas personas dejaron en esta encuesta. Si hay algún tema que quieras sugerir o problema actual, tómate algunos minutos en responderla ;)

Todos la hemos sentido en algún momento: ese replegarnos hacia adentro de nosotros mismos en un estado de tensión física y un torbellino de pensamientos de inseguridad. Se nos corta la voz y simplemente no podemos alcanzar a los demás, nos quedamos solos aunque rodeados y en medio de ellos.

La timidez es un fantasma que acecha a muchos y que muchas veces les separa de experiencias de las que quisieran ser parte, como expresar una idea u opinión, conocer a alguien interesante, mostrar y compartir el propio trabajo. Es un fenómeno que toma como rehén al que la experimenta. Para poder sobrepasarla, primero identifiquemos qué es, cómo se presenta.

Qué es la timidez
La ‘timidez’, ¿a qué se refiere esa palabra? Sencillamente, en mi experiencia, creo que se puede descomponer en una serie de pensamientos, emociones, sensaciones, y comportamientos que se detonan automáticamente en ciertas circunstancias que requieren de que nos mostremos hacia afuera y que, irónicamente, nos vuelcan hacia adentro en una torpe parálisis.

Primeramente, exploremos un poco el aspecto automático de la timidez, pues es probablemente la parte más difícil de contrarrestar. El que este fenómeno personal sea automático implica que es un hábito que tenemos hacia ciertos estímulos externos. Ahora, no todos los hábitos que tenemos se han instalado voluntaria y conscientemente y éste es uno de ellos.

Probablemente, si sientes ‘timidez’ en ciertas circunstancias, se debe a que desde hace tiempo has reaccionado uniformemente a estímulos como tener que hablar con alguien que no conoces, hablar en público, mostrar interés en alguien más. Digamos que cada vez que te has encontrado en circunstancias así, prácticamente siempre has reaccionado de la misma manera sin darte cuenta o darle importancia hasta que llegó el momento en que te diste cuenta de que tus comportamiento te estaba alejando de algo que deseabas.

Lo segundo que debemos tomar en cuenta, después de reconocer que es un hábito, es la intención positiva detrás de este comportamiento. En general, todo el fenómeno de la timidez está basado en protegerte de algo que reconoces como una amenaza externa. Automáticamente evitas mostrarte porque en alguna parte de tu cabeza sientes que, si lo haces, se te despreciará porque quedará en evidencia que no eres lo suficientemente bueno. Los seres humanos tememos al rechazo de los demás, no queremos quedar fuera del grupo al que pertenecemos.

El tercer punto a tener en cuenta es que este rechazo que temes, si bien es posible encontrarlo, es mayormente una idea que tienes adentro de tu cabeza. Es una generalización que has hecho a partir de cómo interpretaste experiencias previas, o es una suposición que has generado por temor a experiencias nuevas que no sabes cómo pueden resultar. Como sea, una generalización o una suposición, es una historia que te cuentas a ti mismo para protegerte.

Cómo sobrepasarla
Bien, ya sabemos que la timidez sucede de una forma automática, que busca protegerte, y que está basada en una historia que te cuentas. Tomando estos tres punto en cuenta es que podemos comenzar a contrarrestarla:

1. Vuélvete consciente.- ya mencioné que lo que llamamos timidez está compuesto por pensamientos, emociones, sensaciones y comportamientos. Estas cuatro cosas suceden precisamente en ese orden: primero los pensamientos, al final las acciones.

Entonces vuélvete consciente de qué es lo que estás pensando que desata todo este fenómeno. O si has reaccionado después, al sentir una emoción o sensación física, o al estar ya realizando una acción (o falta de ella), reflexiona hacia atrás hasta encontrar el pensamiento que desató todo. Probablemente aquí encontrarás de qué te estás protegiendo y qué historia te estás contando para sostener tu comportamiento.

2. Deja de ‘protegerte’.- puede que sea imponente la idea de mostrarte completamente en el mundo con tus ideas y deseos, pero, si estás leyendo este artículo, probablemente ya te has dado cuenta de que en realidad te separa de algo que quieres experimentar (o te da un beneficio secundario). Este miedo al rechazo, ya mencioné, es posible pero no tiene por qué dirigir tu vida.

Las personas adecuadas para ti son las personas que te buscarán y que se sentirán atraídas a lo que dices, haces y piensas. El buscar complacer a todos es una trampa, ya que no es posible. Si buscas ser complaciente terminarás por sacrificar tus propios intereses, a favor de lo que supones que los demás quieren de ti.

Es más valioso mostrarte y dejar que lo que eres sea una invitación abierta para otras personas. Si te muestras afuera, las personas afines a ti no pueden evitar sentir una atracción y conexión hacia ti, pues estás expresando parte de lo que ellos también tienen adentro o de lo que buscan, y además les estás dando permiso indirectamente de mostrarse también ellos en el mundo. Está bien ser quien eres, no tiene sentido alguno cortarte del mundo y crear una fachada que te aleja de lo que es para ti.

3. Cambia tu historia.- si la historia que te estás contando a ti mismo no te funciona, ¿por qué no la cambias? Después de todo ya vimos que es una generalización y una suposición de cómo son las cosas realmente. Todos los eventos están abiertos a interpretación, no tienen un significado en sí, nosotros se lo asignamos. Prueba diferentes perspectivas, no siempre tienes que escoger la historia en la que todo sale mal, podrías contarte a ti mismo la historia de que lo que tienes que aportar será valioso para los demás, que la persona interesante con quien quieres hablar también quiere hablar con alguien interesante. Ahora que eres consciente de esto, te toca escoger.

También ten en cuenta que esta historia que busca evitar el rechazo de otros está basada en la posibilidad de que los otros piensen en ti. La verdad es que la gente piensa muy poco en ti (si es que lo hacen siquiera), está también ocupada y encerrada en sus propias historias, suposiciones e inseguridades. Y, si son personas que no te conocen personalmente, la mayoría de lo que podrían llegar a pensar sobre ti tiene más que ver con ellos que contigo.

Si los demás llegaran a pensar en tu persona, lo más probable es que sería por lo bueno que has mostrado, aquello que han visto que es único y auténtico en ti. De hecho, me atrevo a decir que las personas, si bien no piensan en ti, están de tu lado: nadie quiere tener un encuentro desagradable contigo. Si hablas en público, le hablas a un desconocido, o te muestras en el mundo de cualquier otra forma, los demás esperan que te vaya bien y que ellos disfruten con lo que mostrarás. Nadie, en el fondo, está esperando que las cosas salgan mal. Todos esperan ser sorprendidos y disfrutar de las personas son las que interactúan.

A continuación, te presento algunas sugerencias prácticas que puedes utilizar para sobrepasar tu timidez:

  • Pon atención a tu cuerpo. Principalmente que te vuelvas consciente de los momentos en que sientes tensión en alguna parte de él. Usa esta conciencia sobre el estado de tu cuerpo para rastrear qué pensamientos e historias lo están provocando. Ten en cuenta que si no vuelves conscientes estos momentos, te verás orillado inconscientemente a realizar ciertas acciones para liberar esta tensión (comiendo, fumando, distrayéndote). Probablemente te convenga más usar esa energía en acciones que te ayuden a sobrepasar tu timidez.
  • Toma acción. Si quieres cambiar cómo reaccionas a ciertas circunstancias para formar nuevos hábitos, lo que requieres es tomar acción consistentemente en la dirección de tus deseos. En ese sentido, debes educarte a hablar cuando te reprimes a hacerlo, a acercarte a quienes te imponen. Todo comienza por decidir hacerlo. También sería recomendable que tomaras actividades que te saquen de ti mismo: oratoria, teatro, debate, atención a clientes; en fin, cualquier actividad que involucre tratar constantemente con personas y expresarte públicamente. Arriésgate, sal de tu zona de confort.
  • Comparte tu persona. Algo que puede facilitarte el dejar atrás la timidez es mostrar a los demás tu trabajo, las cosas que te interesan e importan. Es decir, si te gusta dibujar, escribir, la música, lo que sea, busca la oportunidad de mostrar lo que haces o lo que conoces. Así, en cierta forma, estarás exponiéndote primeramente a través de tu trabajo e intereses y después puedes tener conversaciones derivadas de esto. Recuerda que la vida no se trata solamente de ti, sino de compartirla con otras personas.
  • La imaginación cura a la imaginación. Si te aterran las posibilidades que imaginas en tu cabeza, también imagina una solución a lo que temes. Si temes hablar frente a una audiencia porque puedes equivocarte, imagina que te equivocas y que todos ríen ante tu error, haciendo que conectes más con ellos al mostrarte humano y vulnerable. Si te atemoriza hablarle a determinada persona, imagina que le hablas, que te pones nervioso y que la otra persona reconoce también estar nerviosa. Si tus problemas son inventados, también puedes inventar su solución. No olvides complementar lo que imagines tomando acción física.
  • Habla con todas la personas a tu alrededor. En vez de esperar a las situaciones que detonan tu timidez, practica ser más desenvuelto en todas las pequeñas oportunidades que tienes a lo largo de día. Habla con tus familiares, con alguna persona camino al trabajo o la escuela, con las personas que te atienden en algún negocio. Aprovecha cualquier oportunidad que tengas. No tiene que ser nada complicado, con saludarlos y hacerles alguna pregunta es suficiente, eso te dejará ver qué tan abiertos están a tener una conversación (no olvides mirar a los ojos y sonreír, también practica esto).
  • Lee todos los artículos que tienen vínculos enlaces links en este artículo. Hay varios todo a lo largo y el leerlos te ayudará a comprender mejor algunas de las ideas que estoy manejando. Esto te lo recomiendo sobre todo si en verdad estás pensando resolver tu problema de timidez, ya que te dará más recursos que puedes usar a tu favor.

Espero que estas ideas te ayuden a vencer tu timidez. Es un proceso, así que no desesperes, sé constante y tendrás resultados significativos e cualquier momento.


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