Una llave buscó la cerradura con torpeza, abrió la puerta y el olor a taberna penetró en la estancia. Mientras, indiferente, la televisión siguió con sus dibujos animados y su particular violencia edulcorada.
Revista Talentos
«Abrázame, Nino, que no puede tardar». «Si estuviera aquí mamá…». «Sería peor, ya lo sabes». «Psssch, ¡calla!».
Una llave buscó la cerradura con torpeza, abrió la puerta y el olor a taberna penetró en la estancia. Mientras, indiferente, la televisión siguió con sus dibujos animados y su particular violencia edulcorada.
Una llave buscó la cerradura con torpeza, abrió la puerta y el olor a taberna penetró en la estancia. Mientras, indiferente, la televisión siguió con sus dibujos animados y su particular violencia edulcorada.