Revista Literatura
Un alma juguetona, Leonardo Fernández
Publicado el 11 noviembre 2011 por AdriagreloNoentiendo nada, ¿a qué viene tanto apuro si cuando los necesité llegaron a pasode tortuga?Ahora vanrápido por el empedrado y me dueletodo.¡Epa!estoy viendo todo desde arriba y ya no siento ni me duele nada, es como una película, me veo fumando mi pipamientras cruzo con cuidado la avenida, de pronto una moto a todo trapoperseguida por un patrullero se me viene encima y me pega de lleno, Elmotoquero se hace bolsa contra un árbol, llegan los policías y ven eldesastre uno de ellos pide una ambulancia por la radio.Estos dela ambulancia sí que son responsables, lesavisaron del accidente y el comentario del médico fue; andá despacio que estoy cansado y tengo pocas ganas de laburar, y yo consueño, le contesta el chofer. Los tiposllegaron y primero revisaron al motoquero que estaba finucho, después mepusieron el cuello ortopédico, parece que no se dieron cuenta que tenía clavado el manubrio de la motoen el pecho, hasta que me subieron a la camilla. ¡Che este está jodido subilo con cuidado no vayaa ser cosa que me salpique el ambo nuevo!.Los dosson de película, decido dejar mi cuerpo en lacamilla de la ambulancia y me siento entre ellos, los escucho hablar de todomenos del gil que tienen atrás. Me tientoy hago sonar la sirena, el médico rezonga porque lo despertó y le pide que no haga eso. El chofercree que debe ser un corto y no le da importancia, estoy sorprendido no creí poder hacerlo se me ocurre otra prueba le tapo los ojos alchofer haciendo volar una franela,Sorprendidopierde el control y se sale de la autopista cayendo a la calle. Naturalmentesuenan como arpa vieja, no entienden lo que pasó,Mepreguntan y yo les cuento, quieren pegarme pero no pueden, las almas no tienencuerpo, se resignan y entonces decidimos sentarnos en el cordón de la vereda. Ojalá llegue pronto la ambulancia, estoy teniendo algo de frío.