Hoy es día de resaca. Pero no de alcohol, si no de competición.
Ayer participé en el campeonato de Karate en Setagaya. Tal vez esta sea la competición más grande en la que he tomado parte.
Setagaya es una de las zonas más grandes en Tokyo y la cantidad de participantes de ayer no eran pocos.
Pero hoy no hay mucho que contar sobre la competición.
Aprendí un par de cosas, y volví a encontrarme con un par de conocidos con los que he trabado amistad en las anteriores competiciones. Ellos saben mi nombre porque lo llevo bordado en la chaqueta del dōgi. Yo aún soy incapaz de leer el suyo y eso me da por culo.
Eso no quita que les salude con la mayor de las alegrías y les desee la mejor de las suertes cada vez que los veo.
Quedé tercero en la categoría de Kata que es la que suelo llevar mas floja siempre. Durante estos meses he estado entrenando bastante y parece que ha dado resultados.
En la categoría de combate me lesioné un dedo del pie hacia el final del primer combate, y aunque lo gané en el segundo me eliminaron.
Hoy tengo el cuerpo cansado, el dedo del pie amoratado y la mente clara. Es curioso como reacciona mi cuerpo en estas situaciones.
En fin, el post venía a decir que llevo un año haciendo Karate en Japón.
A mis espaldas quedan dos exámenes de grado, 3 campeonatos con alguna que otra medalla y muchas anécdotas (me quedo con estas últimas)
He transformado mi cuerpo lo mejor que he podido, he perdido peso, músculo y he entrenado (dejando algunos trozos de la planta del pie desperdigados por diversos dojos en el proceso) para ganar toda la velocidad posible.
Pero si tuviera que destacar una algo en particular es la gente con la que entreno cada semana 
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure