Revista Talentos
Una mórbida sensualidad en sus ojos, como animal agazapado, atento y coloso. Los músculos tensos, aceitados de sudor. La mirada fría, buscona y una indolente sonrisa infantil. Mientras se acercaba desprendía un bretel del camisón y ofreció su pecho desbordante de leche que apretujaba el contorno del enorme pezón morado.