Frente a su cuaderno, recordaba ahora a la muchedumbre enfervorecida, gritando su nombre y aclamándole en mil idiomas. Movió la cabeza sonriendo, como entonces, y luego, sin titubeos ni tachaduras, trazó su breve y sencillo Teorema Definitivo.
Revista Talentos
Sus dos anteriores trabajos habían erradicado el hambre y las guerras del planeta.
Frente a su cuaderno, recordaba ahora a la muchedumbre enfervorecida, gritando su nombre y aclamándole en mil idiomas. Movió la cabeza sonriendo, como entonces, y luego, sin titubeos ni tachaduras, trazó su breve y sencillo Teorema Definitivo.
Frente a su cuaderno, recordaba ahora a la muchedumbre enfervorecida, gritando su nombre y aclamándole en mil idiomas. Movió la cabeza sonriendo, como entonces, y luego, sin titubeos ni tachaduras, trazó su breve y sencillo Teorema Definitivo.