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Viajar en Ramadán

Publicado el 17 mayo 2009 por Pabloyfernando
Viajar en Ramadán
Durante el mes de ramadán, el "tempo" vital se ralentiza.-Esperando el atardecer. Valle de Bou Guemez.
El ramadán es el mes sagrado musulmán que conmemora la primera revelación del profeta. Corresponde al noveno mes del calendario musulmán cuyo criterio es el ciclo lunar, lo que se traduce en un ligero desfase anual de 15 días de media con el calendario gregoriano y, aunque astronómicamente sea calculable, la tradición de marcar el inicio del mes por la visión de la luna -auscultar el cielo hasta ver el primer indicio de luna creciente- lleva implícita un par de días de índice de error, y es por ello que no es posible determinar con exactitud el comienzo del ramadán.
Durante este mes, todo musulmán adulto y sano de cuerpo y mente debe dedicarse a la meditación y practicar el ayuno desde la salida hasta la puesta del sol. El ayuno es la abstinencia de todas las acciones que puedan alterar la meditación, fundamentalmente de la comida, la bebida, las drogas incluido el tabaco y las relaciones sexuales. El comienzo y el final del ayuno diario lo dicta el imán, quien espera pacientemente durante el alba y el ocaso a poder distinguir un hilo blanco de otro negro a un metro de distancia... mientras se distingan se debe ayunar. No todo el mundo está obligado al ayuno y bajo diversas circunstancias se permite desayunar -debiendo o no recuperar los días- e incluso dicho desayuno es obligado para las mujeres lactantes o con la menstruación.
Al igual que otras leyes coránicas, el ayuno en el mes de ramadán es interpretado y respetado en distinta medida dependiendo del país. Así como en Túnez o Turquía son muchos los musulmanes que se saltan el ayuno, en Marruecos se respeta a rajatabla, al menos a un nivel público. El turista se va a encontrar un Marruecos con una idiosincrasia radicalmente distinta, con un ritmo sosegado y una inusual tranquilidad durante el día que explota súbitamente al caer el sol. Como todo, visitar en el mes de ramadán tiene sus ventajas y sus inconvenientes...
Como es lógico el primer inconveniente es la dificultad de encontrar un lugar para almorzar al mediodía. En los lugares mas turísticos como Fez y Marrakech encontraremos con relativa facilidad restaurantes abiertos que viven fundamentalmente del turismo; en pueblos y ciudades igualmente turísticos pero de menor población también existen establecimientos donde comer o tomarte un té, pero puede resultar un problema hallarlos si no conocemos de antemano su ubicación; fuera de los núcleos de turismo masivo la única posibilidad de comer caliente es solicitarlo (y que accedan, pues suelen tener la cocina cerrada) en una gîte o un albergue. Una solución sencilla -la nuestra- a los contratiempos que pueda suponer la incertidumbre sobre "donde comerás" es deshacerte de esa necesidad desayunando copiosamente por la mañana (en cualquier alojamiento darán desayunos) para llegar por inercia a la hora de cenar.... otra solución menos romántica es avituallarnos en alguna tienda para llegado el momento buscar minuciósamente un lugar íntimo para comer. Ni que decir tiene que también debemos evitar ser vistos al realizar muestras exageradas de afecto, fumar o beber agua -aunque los marroquíes sepan que somos infieles y la mayoría no se molesten por estas acciones- simplemente por respeto. Por otra parte, si vais a viajar en Ramadán recomendaríamos dejar las bebidas alcohólicas en España, o en todo caso, elevar al máximo los niveles de discreción.
El segundo inconveniente es que es bastante normal que la finalidad del ayuno -meditación y culto- se invierta, y muchos marroquíes, aparte de estar cansados y aturdidos, se encuentren de malhumor. En esta época es menos difícil que el resto del año encontrarse durante el día a personas discutiendo e incluso alguna tangana entre jóvenes. También es posible que cambien algunos horarios en las administraciones, bancos, estaciones de tren y autobuses, etc... debiéndonos informar de antemano para evitar alguna complicación. Además las horas de las plegarias son sagradas y establecimientos que en otra época del año permanecen abiertos, cierran para el culto. Si el ramadán cae en verano, como en este y los próximos años, muchos comercios optarán por cerrar todo el día y abrir unas horas antes del ftour, y también mucha gente aprovechará para pedir sus vacaciones en el trabajo y poder llevarlo mejor.
Quizá la mas importante de las ventajas es que el número de chipichangas, buscavidas y guías furtivos se reduce a la mínima expresión, haciendo mas confortables los paseos ya sean rurales o urbanos. Casi se hace raro poder pasear por un palmeral sin escuchar la palabra "amigo" 5 veces por minuto.
El tráfico por carretera durante el día es notablemente mas reducido, lo que siempre es de agradecer. Eso si, hay que prestar atención para, en la medida de lo posible, no estar al volante en la "hora crítica", comprendida entre una hora antes y media hora después de la puesta de sol, cuando las carreteras se inundan de tráfico por la gente que retorna a los hogares para la obligada ruptura del ayuno, y algunos conducen como auténticos kamikaces.
Gozar de la explosión de vida que surge de la nada una vez caído el sol es ya de por sí un motivo de peso para visitar Marruecos en ramadán. Una hora después del ocaso, terminado el ftour, cuando las tonalidades debieran oscurecerse, las calles son tomadas por sus ciudadanos, abriendo los cafetines y pequeños restaurantes que de seguida se abarrotan y haciendo lo propio muchos comercios que estuvieron cerrados durante el día. Junto a cada cafetín se instala un anafre para ofrecer carne a la brasa, pinchitos, kefta... difundiéndose por el ambiente ese aroma inconfundible; en las zonas más concurrida múltiples puestos callejeros ofrecen dátiles o chupaquía -dulce típico de ramadán consistente en su versión más simple en una masa frita y bañada en miel, a la que puedes añadir otros ingredientes- que encontramos en diversas versiones; las partidas de parchis se multiplican en las mesas de las terrazas de los chiringuitos y se alargan en el tiempo ....-En definitiva, el ramadán transforma radicalmente la noche marroquí, dotándola de una actividad y una vida impensable para quien ha conocido el ritmo vital del país en otra situación, por lo que viajar en ramadán nos permite vivir momentos y experimentar sensaciones que nos hubieran parecido fuera de contexto en cualquier otra época del año. Es como encontrarte con Mr Hyde después de haber conocido al Dr. Jekill.
Para nosotros la balanza se inclina claramente del lado de las ventajas.
Previsión del ramadán 2009: Del 21-23 de Agosto al 20-22 de Septiembre inshala

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