Revista Talentos

Vuelve Reynols, música para dientes

Publicado el 21 octubre 2015 por Pablogiordano
En pleno vaciamiento menemista en la argentina de los años noventa, la banda noise Reynols -líder síndrome de Down incluído- pareció parodiar el modelo económico-social ya desde su primer lanzamiento, un disco sin CD, es decir, solo el packaging. La acción abrió una serie de grabaciones y performances que los llevarían en pocos años a vender cientos de miles de discos y a la cima de la revista The Wire. Luego de casi diez años la banda resucita y asegura que esto recién comienza.

Vuelve Reynols, música para dientes
para Vice (México)
   Hace dos años, Thurston Moore de Sonic Youth, entró a una tienda en Buenos Aires y ante el asombro y admiración del vendedor pidió algún disco de Reynols. Le explicaron que las ediciones de la banda no se consiguen en el país, ni siquiera el primero y único editado en Argentina: Gordura vegetal hidrogenada, el mundialmente conocido disco sin disco, un booklet y caja que al abrirse estaba vacía y mostraba la leyenda: este CD se desmaterializó hace 15 segundos. “Es una obra inmensa —dijo Conlazo, uno de los integrantes del por entonces cuarteto —. Para mí es un souvenir de la inmensidad. Y también puede ser una estafa”.   La banda fue acusada de defraudar a los consumidores. Entonces realizaron conciertos para rocas, plantas, insectos y hielo seco -todos “sentados” en sus respectivas butacas- en un parque público de Buenos Aires, hasta ser desalojados por la policía debido a “ruidos molestos”. Fue en 1995 y después de la orden policial, decidieron enchufar más de diez guitarras a ¡zapallos! y tocar. Fue uno de los primeros actos públicos del grupo en cobrar notoriedad en la prensa especializada.   Reynols es la primera banda argentina -y una de las pioneras en el mundo- en integrar a una persona Down: Miguel Tomasín. Antes, Roberto Conlazo, Alan Courtis y C.D. (integrante hasta el 94) tocaban los domingos en Plaza Francia de Buenos Aires y editaban casetes ruidosos bajo el nombre Burt Reynolds Ensamble, desafiando el nivel de tolerancia del público durante una de las décadas más vacías del país. La profundidad de su proyecto se llegó a entender recién con la adopción de Tomasín como "cerebro". Se habían propuesto borrar los límites entre la psicodelia y la psicosis y eso no fue broma. Hicieron frente a una tradición con referencias de peso: Fugs, Residents, Faust, Negativland, Destroy all Monsters, Die Tödliche Doris y Boredoms, por nombrar algunos.   La aparición de Miguel marcó un antes y un después, “es como si nos hubiésemos muerto y resucitado; Miguel nos hizo resucitar” dijo Roberto Conlazo en su momento. “Cuando lo escuché a Miguel Tomasín tocar y cantar entendí que nunca iba a llegar a eso”.
Vuelve Reynols, música para dientes

Miguel
   Tomasín tuvo una desviación en el desarrollo de sus células, produjo 47 cromosomas en lugar de 46. Ese adicional cambió totalmente el desarrollo de su cuerpo y su cerebro demostrando habilidades musicales a los tres años tocando una mini batería. Entre los 14 y 15 vivió en Inglaterra, asistió al Dame Evelyn Fox School de Londres. A su regreso a la Argentina, aprendió órgano en el Conservatorio de Flores y finalmente estudió batería en la Academia EFIMUS. Allí conoció a Alan y Moncho (Roberto Conlazo) y re-fundó la banda.   Si bien tiene el habla muy desarrollada, al momento de cantar lanza palabras en lo que él llama un “español torturado”. En la ejecución del tema "Fincoll" del disco Pacalirte Sorban Cumanos, balbucea la canción "No llores por mí Argentina" del musical Evita, que enlaza con una versión deformada del "Ave María" de Shubert. Cuando se escucha esa canción se puede asociar a Eva Perón con la Virgen María, incluso especular sobre el aspecto religioso del peronismo. Inmediatamente Miguel se encarga de poner en ridículo semejante elucubración cuando al final del tema anuncia: "¡Roberto, ya está, terminó los temas!".   Algunos de los trabajos más representativos son: Bolas Tristes (1996, Reino Unido); Oreja de tipo oreja Simbo(1998 Suiza); Lo cabachua lo come de lo conejo (1999, USA) y Original Sountrack of Pythagoras’ theorem(2002, Japón), dejando fuera de la lista a otros valiosos trabajos ya que hasta la fecha se desconoce un número exacto de discos en su catálogo que supera los cuatrocientos.   La búsqueda de Moore se remonta a muchos años atrás cuando quiso que los Reynols los acompañen como teloneros en una gira que iban a realizar con Pearl Jam. Lamentablemente el manager de éstos se opuso y terminó quedando la anécdota que fue narrada en la revista Rolling Stone por el propio Moore como un evento emocionalmente fuerte y significativo del viaje a Argentina.   El fanatismo del guitarrista de Sonic Youth y sus amigos no es el único; en secreto se sabe que también sonfans de Reynols: Beck y Prince; y entre los locales, toda la dinastía Spinetta / Martí y el bello durmiente Gustavo Cerati, por nombrar sólo a ilustres. En una gira de Illya Kuriaky & The Valderramas donde actuaron como teloneros, el público enfurecido por lo que escuchaba les arrojó vasos, botellas y hasta ¡una carpeta de dibujo! Los elementos fueron utilizados por la banda para hacer música y amenazar tres veces con dejar el escenario para encolerizar más a la gente que les gritaba “Hijos de Puta”. Así se llamó el disco que grabaron esa noche: Hijo de Puta Tour, editado en Japón.   En cada recital, antes de salir al escenario, Miguel Tomasín pone en ronda a todos los integrantes de la banda y golpea con su mano en la mejilla de cada uno diciendo: “Dale eh, quiero que dejen todo“. Cuando termina la ronda y es su turno, el mismo se pega y repite las mismas palabras. Su último show en el Museo de Arte Moderno, terminó a sala casi vacía por el abandono de los oyentes, y con el resto tapándose los oídos. Tomasín no asistió debido a que no viaja -se usan cintas con sus bases y un gran poster con su rostro- a Estados Unidos: considera que no existe, que después de México hay agua.

Los discos
    Tres CDs de Reynols quedarán para siempre en la historia de la música: Pauline Oliveros in the Arms of Reynols (1999, USA); 10.000 Chickens Symphony (2000, Alemania) y Blank Tapes (2000, Alemania).   El primero surgió de la presentación en el prestigioso Lincoln Center de New York donde se popularizó el concepto "Deep Listening", desarrollado por la norteamericana Pauline Oliveros quien los invitó a tocar. Se trata de una de las compositoras más importantes del siglo XX, pionera de la música electrónica, virtuosa del acordeón, pedagoga musical y filósofa. David O'Hara, hijo del magnate petrolero de Austin, fan de Reynols desde antes que viajasen, los tomó como huéspedes durante dos días en la famosa mansión. Reynols capitalizó esa visita en el álbum: Live at the O'Hara mansion. La crónica periodística documenta que se trató de uno de los treinta y seis shows que el grupo dio por veintisiete ciudades de Estados Unidos incluido el recital furtivo en las puertas de la NASA que terminó con un desalojo policial. No sólo de ese desalojo hicieron un disco, sino también lo que terminó en la famosa pieza titulada Deportation Simphony, realizada con el sonido de las fotocopias de sus pasaportes y con el sello de deportados (Lado “A”: Don´t cry for me England y Lado “B”: Cry for me Argentina).   La segunda referencia, la sinfonía de los 10.000 pollos, se trata de un vinilo simple grabado en un criadero de pollos en el que se colocaron siete micrófonos de alta fidelidad en el suelo para registrar un tornasol de bajas y altas frecuencias sobrecogedor. El lado A corresponde a lo tomado durante el día y el lado B (la noche) solo puede ser escuchado por personas valientes y escépticas de toda sobrenaturaleza. Este trabajo les valió ser la banda más requerida de avant garde a nivel internacional. Muchos, directamente los tildaron de "avant dadá". Las carteleras de shows los ubicaban indistintamente en jazz, rock, música contemporánea, electrónica, punk y música clásica. Para Miguel Tomasín: "Es música para dientes". Ninguna calificación daba en la tecla. Los Reynols parecían acercarse a su más ansiado anhelo: La nada audible.
Vuelve Reynols, música para dientes   Fue en Blank Tapes que lo lograron. Un disco que reproduce las cintas de casetes vírgenes fabricados entre 1978 y 1999. El proyecto sedujo al ultraminimalista alemán Bernard Günter, el artista conceptual que trabaja sobre lo inaudible, quién quedó fascinado. El disco llegó al top de la revista The Wire y hoy está considerado uno de los 10 mejores discos de la música electrónica en Alemania.    Recién entonces pasaron de ser unos "loquitos que hacen cualquier cosa" a ser consagrados. Con Pauline Oliveros ya habían dado un concierto vía Internet. Un movilero de América TV de Argentina le dijo a Moncho Conlazo mientras tocaba: “Un minuto por favor, dame un minuto nada más… estamos en vivo”. La cámara se acercó al músico, Moncho le contestó que no podía, que estaba tocando. Fue tal vez, la primera entrevista hecha a un grupo durante un show. Sucedió en el invierno de 1999 en el Instituto de Cultura Iberoamericana. Los flashes desde el ICI interrumpieron el noticiero de Néstor Ibarra hasta que el movilero consiguió la nota. En horario central, se pudo ver a un percusionista con síndrome de Down, un guitarrista vestido de árabe y un tercer integrante que respondía preguntas mientras pulsaba un rack de efectos con una manopla de plástico. “De la manera que organizamos nuestro sonido —declaraba Alan mientras abandona el rack y vuelve a la guitarra— podríamos salir al escenario con tijeras de podar. Pero usamos guitarras. La gente quiere ver guitarras; la juventud las necesita”   Reynols fue durante un año banda estable en el programa “La salud de nuestros hijos” del famoso Dr. Socolinsky. En una de las presentaciones, el conductor pidió que muestren uno de sus primeros vinilos. Lo único que tenían encima era el legendario disco de la banana de la Velvet Underground y ¡lo mostraron como propio! Otro programa al cual fueron invitados en vísperas de una Navidad (siempre en Argentina) fue “Hablemos claro", un talk show donde la conductora le preguntó a Tomasín cuál era su deseo para las fiestas y el baterista contestó: "Amor, Salud y trabajo". Ella buscó ser políticamente correcta y agregó "Muy bien, buenos augurios para todos los argentinos". Tomasín replicó inmediatamente: "¡No, para mí solo!".
Vuelve Reynols, música para dientes
   Cerca del año 2000, iban a ser invitados al programa de Susana Giménez (la famosa diva de la TV Latinoamericana). El objetivo primordial de ellos era regalarle en vivo a la millonaria rubia, un billete de 100 dólares como ironía. Finalmente no asistieron porque desde la producción querían únicamente que vaya Miguel Tomasín, sin el resto del grupo. Los padres de Miguel y el resto de la banda decidieron rechazar la invitación por aquella condición y porque consideraron que Tomasín no es ningún freak televisable. Finalmente el líder declaró que "Los Reynols no existen". Y dejó en claro tres cosas a un diario capitalino. Que “antes del huevo y la gallina fue el gallo”, que “la felicidad es Jesús tomando sol en su terraza” y que “Dios es una cámara oculta”.   En 1999, la BBC le solicitó material a la banda para ser incluido en un programa dedicado a la música del siglo XX.   En febrero de 2004 publicaron una carta anunciando que el ciclo de vida de Reynols había llegado "a su fin natural". Y fue así. Después de casi diez años de silencio, y sin anuncios mediáticos de ningún tipo, se mostraron en la TV Brasilera como una dupla simbiótica. Solo Miguel Tomasin y Moncho Conlazo. Nunca se había expuesto mejor el espíritu del grupo. Desde la declaración de Miguel de que los Reynols no existen, pasando por una carta formal de separación, hasta este inesperado regreso; Reynols puede ser cualquiera, nadie, separarse sin hacerlo, reunirse sin nunca dejar de tocar. Ser una nota infinita, un efímero sueño, una mentira, una estafa o un simple alambre vibrando en la soledad del apocalipsis.
(2013)

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