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Y tú, ¿qué crees? ¿casualidad?

Publicado el 03 junio 2013 por Rubencosmo

Antes de continuar con esta lectura, párate un momento y piensa en alguna de esas situaciones que te ha tocado vivir y que, en su día, consideraste como un accidente ocurrido de forma fortuita. ¿Crees en las “casualidades” o te inclinas por la “causalidad”?
Aunque sólo se diferencian en una letra, su significado es bien distinto. Si llegaran a combinarse una serie de circunstancias que, finalmente, culminaran en sucesos imprevistos, estaríamos hablando de “casualidad”. Por el contrario, en la “causalidad” los hechos no son accidentales sino que, el efecto final está vinculado a una causa anterior. Para que nos entendamos, y según el refranero popular: “quien siembra vientos recoge tempestades” y, conste que no es ciencia, sino creencia.

¿Estamos vivas por casualidad? Pues nunca lo sabré. No más de dos segundos fueron suficientes para evitar que mi hija y yo muriéramos aplastadas.

Disfrutábamos de una tarde de paseo en el pueblo coruñés de Pontedeume cuando, al pasar por un parque poblado de gigantescos magnolios, decidimos sentarnos en un banco a descansar. No recuerdo el tiempo que permanecimos allí, lo que aún me causa escalofríos es pensar, que si hubiéramos tardado más de dos segundos en levantarnos para reiniciar nuestro paseo, aquel árbol que se desplomó sobre el lugar donde habíamos estado sentadas, con seguridad, hubiera dado fin a nuestros días. Podría decir, que mi vida ha estado tan llena de “casualidades” que de algún modo, he de seguir reflexionando sobre este tema.
Esta pequeña anécdota personal, no es más que un granito de arena entre otros cientos de hechos ocurridos a lo largo de nuestra historia reciente y para los que aún, no existe explicación.

charles-coghlan¿Conoces la anécdota de Charles Coghlan? Él ya, no os la puede contar, pero yo sí.
Allá por 1899, este actor de origen canadiense, se encontraba de gira por el estado de Texas cuando le sobrevino la muerte. 5.600 kilómetros le separaban de su casa en Canadá de modo que, optaron por enterrarlo en el lugar donde se había producido la muerte. La tumba fue excavada, nada más y nada menos, que en granito..
Transcurrido un año del enterramiento, una fuerte tempestad arrasó el cementerio donde se encontraba sepultado el actor, haciendo que su ataúd fuera arrastrado por las aguas hasta el golfo de México. Tras ocho años a la deriva, el féretro fue hallado por unos pescadores justo al lado de lo que fuera la antigua casa del infortunado señor Coghlan.
Curioso, ¿no?

Si me preguntas cúal es mi debilidad, sin duda te respondería: Los animales. Es por eso, que la siguiente historia, me emociona especialmente.
Postrado en la cama de un hospital, mientras se recuperaba de una grave operación, el joven Brady, contemplaba complacido, a través de la ventana, la algarabía y el devenir de palomas y gorriones. Amaba a los animales pero, reconocía su predilección por las aves.
palomaDesde su operación, había abandonado el cuidado de las palomas que habitaban el barrio donde vivía. Solía observarlas, alimentarlas y, algunas veces, se había visto en la necesidad de asistir a alguna que otra malherida. Había transcurrido un año desde que, con grandes esfuerzos y empeño, consiguió rescatar de la muerte segura a una preciosa paloma de plumas grisáceas  La recordaba especialmente porque, tras su espectacular recuperación, decidió distinguirla de las demás poniéndole una anilla en la pata derecha, donde figuraba el número 167.
En estos pensamientos estaba Brady, cuando le venció el sueño.
Tac, tac, sonaba con insistencia, y el joven creía estar soñando, por lo que permaneció con los ojos cerrados. Tac, tac, tac. Algo golpeteaba el cristal de su ventana y, perezosamente, decidió averiguar de qué se trataba.
Sus ojos, que se resistían a la luz, se abrieron como dos redondos platos, al comprobar que, al otro lado del cristal, se encontraba su añorada paloma de plumas marrones. En su pata derecha, el número 167.
No puedo asegurar que estas historias sean ciertas, pero se que, en las leyendas, siempre hay algo de real.
De cualquier modo, yo sigo poniendo atención a mis “casualidades”, y tú?

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