Revista Talentos

Yo confieso. Soy mala madre en esto y aquello

Publicado el 26 septiembre 2015 por Sylvia
Primero, lo que no es realmente malo.- Cuando amamanto, ayudo a B con la misma técnica que se usa para extraer leche manualmente; pero a veces, cuando terminó el video que estoy viendo o está por terminarse la batería de la computadora, dejo mi tarea alimentadora y me ocupo de asegurar el entretenimiento, con la niña prendida a mi teta. Eso le reduce en gran medida el suministro de leche, y casi siempre resulta en que se desprende; son solo unos segundos y puede volver a prenderse, pero me da pena... y a veces ya no se prende a gusto como estaba. Por cierto, casi siempre que amamanto estoy viendo algo, solo soy toda suya una o dos veces al día, y por la noche.
Luego, la prueba superada.- El mes 2 y el mes 3, muchos días no me dio tiempo de bañarla; una vez pasaron tres días sin que la bañara... solo una vez. La necesidad me hizo más aplicada en esto: empezó a echar más leche después de comer, lo que le ensucia el cuello y el cabello aunque la limpie en ese momento.
Ya entrando a la parte vergonzosa.- No esterilizo biberones; eso me parece normal, no es la confesión, sino la introducción. Lo que confieso es que muchas veces no lavo el último bibe que usé: lo enjuago con agua purificada y preparo ahí la siguiente fórmula... más de una vez no lo he enjuagado siquiera; de hecho, he pasado todo un día con el mismo biberón, sin lavarlo. Y se me acumulan los pañales sucios en la recámara. Esto sí ya es el colmo y cada día me propongo tirarlos en cuanto cambio el pañal, pero no lo he conseguido. En esta misma línea: nunca he limpiado sus juguetes. Ahora que ya consigue meterse todo a la boca, está urgiendo; eso sí lo haré hoy, seguro... o mañana.
Y lo que me parece realmente dañino, por la mecánica de mi intención, pero lo que más rápido me perdoné (antes de este ejercicio).- A veces, cuando tiene una tarde difícil y está lloriqueando, le doy unas gotitas de vitaminas; deben saber a manzana porque huelen a sidra. Le gustan mucho y se le pasa el disgusto. Así que cuando me recomiendan un té o esto o aquello para los cólicos, yo digo que lactancia exclusiva hasta los seis meses, pero le doy las gotas (no tienen alcohol, ¿eh?, lo de "huelen a sidra" no va por ahí). Creo que en esencia es como esas madres que le dan Tempra a los niños para que se duerman, pero extrañamente me resulto fácil decirme: "pues sí, le pagarás terapia si hace falta". 
Silvia Parque

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