Tengo un amor menos cero bajo la manga. En algún momento pasaré sin ver y me jugaré el resto por nada. Allí, en la mesa de juego, están los que ya no están, demasiado tarde para que lleguen, demasiado temprano para irse de una sola vez y al infinito.
Tengo un viento contrario a mi favor, palabras al borde del vacío, me amputaré los recuerdos uno a uno —con reverencia por supuesto— y los apostaré a ocho a uno, seguro ganaré en suspiros.
Tengo un río que no cesa de erosionar la piedra. Soy la piedra viendo pasar el tiempo en relojes de pared de antaño. Hablo y leo y bailo y corro y amo.
Tengo una historia de luz por el camino, voy tras de ella para escribirla...
DOM