Revista Literatura

05 - Quemar y tirar

Publicado el 26 abril 2011 por Ddmx
Banda sonora del capítulo
Desvaríos:
¿Recuerdas ese peluche de “i love you”?¿Esas bragas de encaje?¿Esas polaroid donde salíais juntos en el parque?¿La carta que te escribió, donde se leía un poema romántico?¿La pulsera?¿El anillo?¿La camisa que te ha regalado, y que sigue teniendo su olor?¿Recuerdas el bloc de notas color azul marino, donde había escrito un “te quiero”?¿Te acuerdas de los pequeños objetos que ha dejado en el cajón de la mesilla de noche?
Tarde o temprano, ahí los ves. Ellos te hacen recordar. Siempre hay que ser uno mismo, siempre hay que ofrecerlo todo sin esperar nada. ¿Y para que? Pues verá usted, es bien sencillo. Al final se reduce al poso que queda en la taza de café. Es lo que queda.Se soluciona muy fácil. Simplemente, descarga de culpa.
Borra canciones, quema cartas, tira peluches. Aunque no miremos a “Los intocables” todos los días, sabemos perfectamente que se mueren sin remedio, sin ayuda.Por desgracia, para las cosas negativas, o situaciones que me han ofrecido horas de lágrimas, tengo buena memoria. Sin embargo mi recuerdo dura 8 días. Pero eso alegra. Sé que no se sufre por mi recuerdo, pues este no ha tenido tiempo ni de existir. Yo recuerdo, y eso me llega. A todas horas, y todos los días, y habiendo pasado años, sigo recordando.
Por eso yo no quemo, yo no tiro. Tengo que forzar mi corazón, por decirlo de una forma suave: Estoy hasta los putos cojones de ser un tipo demasiado sensible, como para poder relacionarse socialmente. Todo me afecta, todo me hace daño.
Siento no poder responder con un: Bien, gracias.
Recuerdos:
Recuerdo noches en vela, esperando a que el móvil vibre. No me llama ni la empresa telefónica para ofrecerme un placebo.Recuerdo días largos. No todos los días duran 24 horas.
Diario
Uso latas de Aquarius para tirar las colillas. En lugar de tirarlas, las voy guardando. Las lleno de agua, y después de haber depositado toda la ceniza, en el cenicero, arrojo la colilla al interior de la lata.Me gusta el silbido que se oye.
Me habían ofrecido ayudarme con el tema del trabajo. Lamentablemente, debido a la depresión, y al estado psicótico, no puede ser. Siempre me quedará el viaje a Japón.
Ahora mismo estoy tecleando. Y… ¿Qué puedo contar? Ah, bueno, si.Creo que he vuelto a engordar, ahora peso 130 kilos, además mi estatura ha menguado, mido 1,70.
He escrito un relato. Tenía ganas de volver a escribir un relato erótico, pero ciertamente se me ha ido un poco hacia otros derroteros, la cabra tira al monte. Lo que pretendía en un principio, algo erótico, sensual, quizás pornográfico, ha quedado un thriller psicológico.
Modificando un poco el código html, pongo los enlaces de videos a youtube, de una forma que no se vea el video. Así queda como una especie de banda sonora para lo que escribo. Igual me voy animando a poner las canciones que escucho, mientras dejo de pensar, y escribo.
Por cierto, el relato iba a llevar el título de: Y despierto… pero no sé si cambiarlo por el título de la canción que lo ha inspirado. Igual no, lo primero no siempre es lo mejor, pero lo primero tiene magia.
Otro por cierto…Puedo empujar las palabras, es un don. Mire:
Palabra   Palabra   Palabra     Palabra
Ahora ya no tengo fuerzas.
Dejar de ser necesario, es necesario para dejar de ser. Pero dejar de ser, nunca es necesario.

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