1- No hace falta que gastes dinero en guías auditivas en cualquier museo, él/ella estará encantadísimo de explicártelo todo.
2 - No tendréis dificultad en encontrar nombres a vuestros hijos o mascotas, siempre os quedaran los nombres de reyes, caballeros, héroes o personajes de la Antigüedad.
3 - Nunca podrás fallar en su regalo de cumpleaños, Navidad, aniversario... Un simple libro de relato histórico o una película bélica pueden ser los regalos más acertados.
4 - Te sorprenderá explicándote curiosidades de cualquier nombre, hecho o lugar, apuntando su origen, el porqué y cómo ha llegado a nuestros días.
5 - Vivirás con él/ella en una gran casa (o mansión), ya que su despacho tiene que ser mínimamente de 80 m2 para colocar todos sus libros que ha ido recopilando desde que iba a la facultad.
6 - No hará falta que pierdas tiempo buscando en Internet información o gastes dinero en una enciclopedia... ¡Todo está en su cerebro!
7 - Puede corregirte cualquier redacción, discurso o expresión, expresándolo con vocablos (de astucia elevada), ya sean en latín o en griego.
8 - Será quien lleve las cuentas económicas en casa y no conoceréis lo que es una crisis... Para eso estudió el Crack de 29 y las distintas crisis desde hace más de 2000 años, y sabrá cuales son sus orígenes.
9 - Tendrás gran facilidad a la hora de saber a quién votar en las elecciones, él/ella se conoce todos los partidos políticos de la historia y, por lo tanto, sabe cuáles van a fracasar y cuáles no.
10 - Practican sexo a lo bonobo, intentando imitar las posibles actitudes sociales de los primeros homínidos.
Y después de todo esto, me pregunto: ¿qué sucede cuando ambos miembros de la pareja son historiadores? No quiero ni pensarlo… aunque daría para escribir otros diez artículos.