Skinny Love
Los días propios. Los que cualquiera tiene. Los que parecen lentos como el sol que no atraviesa las nubes; espesos como el chocolate que se quedó en tus labios. Esos días en los que te sientes tierno contigo mismo, en los que te das un descanso y vuelas tan lejos que olvidas de dónde vienes. Los días en que los seres se cambian de nombre al mencionar el tuyo, inasible a sus sentidos; intangibles sus deseos que desconocen. Esos días raros y almibarados en los que repartes caricias de canela en cada bocado y una pizca de pimienta con tus pinceles.